La obra está integrada por seis urdimbres de hilo rojo, así como seis mecapales (cinturones o fajas) de ixtle ubicados en la entrada del museo.
- Aborda la relación entre el arte contemporáneo, la antropología, la historia y los saberes y técnicas prehispánicos
- La pieza destaca la continuidad de una técnica ancestral que pondera el vínculo del ser humano con la naturaleza
Como un homenaje a las tejedoras tradicionales y una reflexión sobre las tradiciones como acto de resistencia, la artista María Sosa (Michoacán, 1985) presenta la instalación Las ancestras que tejen, hablan y caminan en el Museo de Arte Moderno (MAM), dentro del programa de intervenciones escultóricas que el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) realiza en su Jardín Escultórico.
Realizada en colaboración con la maestra tejedora María Hernández, la obra está integrada por seis urdimbres de hilo rojo, que miden entre cuatro y siete metros de longitud, así como seis mecapales (cinturones o fajas) de ixtle ubicados en la entrada del museo. Se trata de una invitación a reflexionar sobre la protección del mundo y a tejer lazos de cuidado hacia los saberes ancestrales, el cuerpo y el equilibrio de los ecosistemas.
Víctor Palacios, curador en jefe del MAM, explicó que esta obra, además de ser un homenaje a las y los tejedores que utilizan el telar de cintura, explora las relaciones entre el arte contemporáneo, la antropología, la historia y los saberes y técnicas prehispánicos, no sólo desde la reflexión artística, sino también desde la colaboración.
“El telar de cintura es un método de tejido prehispánico que se desarrolló en muchas zonas de Mesoamérica. Esta pieza pone en relieve una técnica fundamental para nuestra cultura, no sólo desde el pasado, sino desde el presente, pues representa una forma de resistencia que los artesanos llevan a cabo al dar continuidad a una técnica ancestral frente a la sobreproducción industrial y masiva que marca nuestro consumo”.
Detalló que, más allá de la manufactura y la técnica, la historia de la urdimbre y la trama forma parte de la cosmovisión de las culturas originarias, “para quienes el universo es una especie de urdimbre donde todo lo existente se encuentra integrado; las partes constitutivas se afectan, se modifican y se construyen en sintonía, por lo que la instalación funciona como una metáfora de cómo se constituye el universo”.
Asimismo, resaltó que para la artista es importante que esta instalación revele cómo las tradiciones se han vuelto un acto de resistencia social, la importancia de su continuidad ante el peligro latente de su desaparición y la manera en que se transmiten los conocimientos ancestrales: “El telar de cintura es una tradición que se enseña de persona a persona, pero también, como es una labor minuciosa, en las comunidades su práctica se vuelve un acto de convivencia, de diálogo”.
Finalmente, señaló que la obra pone en relieve la relación con la naturaleza, “porque se realiza atando un extremo de la urdimbre a un árbol para generar la tensión precisa para el tejido”, lo que establece una conexión entre el cuerpo de quien teje y el cuerpo del árbol, dando lugar a una relación más compleja entre el ser humano, la naturaleza y diversos planos del cosmos.
La instalación estará en exhibición hasta febrero de 2026 en el Jardín Escultórico del Museo de Arte Moderno, ubicado en Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, alcaldía Miguel Hidalgo, Ciudad de México. Abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario