jueves, 22 de mayo de 2014
“El problema educativo del país no sólo es culpa de los profesores”
Isaac Torres Cruz | La Crónica.
El problema educativo en México es mucho más complejo e intrincado que el que, con mucha hipocresía e incluso racismo y clasismo, se le endilga a los profesores del sistema educativo nacional”, refirió Manuel Gil Antón, sociólogo de le educación e investigador de El Colegio de México.
Durante su participación en la mesa Educación y Cultura del coloquio “Los grandes problemas nacionales”, coordinado por la UNAM, añadió que en este tema hay múltiples consideraciones soslayadas por las autoridades educativas, como el hecho de que al rezago educativo no se contempla el rezago escolar de aquellos jóvenes mayores de 15 años que aún continuando sus estudios no han desarrollado sus capacidades en lectoescritura.
Añadió que el tema vale considerar que el sistema educativo mexicano es un galimatías que está dejando endebles las estructuras cognitivas de la población indispensables para aprender y para hacer caber a la crítica como el mejor fruto de la modernidad. “Desaprovechamos que haya 24 millones de niños de preescolar a secundaria que pasando este tiempo por diversas razones no han desarrollado todas sus capacidades de lectoescritura”.
¿Por qué?, el especialista responde que se debe en buena medida al seguimiento de una lógica mercantil e instrumental donde se enfatiza que sin las calificaciones suficientes, el hombre no “es apto para la vida y el trabajo”, como refieren pruebas como la de PISA de la OCDE. Además, “es gigantesco el gasto para sostener este sistema”.
Dijo que ante la corrupción, desigualdad e impunidad del país, lo más urgente no es sacar 10 en PISA, “sino generar sujetos que se asuman como ciudadanos solidarios y exijan un cambio en el régimen que vive el país”, incompatible con ese valor de mercado.
Si bien necesitamos una mejor educación, sólo ocurrirá si la hacemos en paralelo con otros sectores además de la escuela misma, puntualiza, “o si la usamos para la generación de una fuerza social que unifique un modelo de desarrollo que no ha incluido, y no piensa incluir, al conocimiento sólido como fuerza productiva, como tampoco ha influido al cocimiento crítico como construcción ciudadana”.
REFORMA EDUCATIVA. Manuel Gil Antón refirió otro tema insoslayable para el tema reflexionado ayer en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario, donde se llevará a cabo el coloquio hasta mañana. La reforma educativa.
“Pero no hay tal: lo que se reformó fueron las estructuras de administración de los actores en los proceso educativos, de tal manera que después del tiempo que lleva esta reforma parece cada vez es más claro que no es cierto que estuviera orientada al artículo 3 de la Constitución, como tampoco a recuperar la rectoría de la educación por parte del Estado, sino la rectoría del Estado en el pacto corporativo”.
Por su parte, Manuel Pérez Rocha, primer rector de la UACM –bajo cuya dirección en diez años sólo se titularon 43 estudiantes—también hizo críticas sobre la “calidad” educativa. “Una palabra hueca, inane, apta para la propaganda y la mercadotecnia”. Dijo además que la puesta en marcha de una supuesta reforma educativa, consistente en una nueva legislación especial para el control del magisterio, generó amplias críticas, “a las cuales las autoridades actuales han respondido con lugares comunes y la repetición de obviedades o propuestas que se han hecho más de un siglo sin que se hayan puesto en práctica y que ahora tampoco se explica cómo se pueden aplicar”. Ha quedado en evidencia, añadió, la incapacidad de la SEP para formular una verdadera reforma educativa.
También puntualizó que la escuela llegará tan lejos como lo haga la sociedad y no viceversa, en un trabajo que debe realizarse conjuntamente entre las escuelas pero también con acciones de los gobernantes, acciones económicas, publicidad, prensa, televisión, radio… y ahora los videojuegos, internet… “u otros medios que mantienen a los jóvenes lejos de la realidad”.
Y es que también, dijo por su parte Gil Antón, la televisión y los medios de comunicación han contribuido a que en vez de comprender “el pacto corporativo [con los sindicatos magisteriales] en la conversión del aparato educativo mexicano en uno de la complicidad de un régimen autoritario que se personificara y así la sociedad pierda la capacidad de hacer una crítica completa”.
Esto se engarzó entre los participantes del coloquio, donde se encontraba el senador Javier Corral, para enfatizar además la amenaza de los monopolizadores de los medios masivos, principalmente las televisoras, que concentrarían más beneficios, en relación con las leyes secundarias de telecomunicaciones, en detrimento del mensaje anti-educativo que promueven entre los mexicanos.
A más de 100 años de la obra Los grande problemas nacionales, de Andrés Molina Enríquez, eje histórico del coloquio universitario, Manuel Gil concluye su participación avergonzado porque el país a esta distancia en el tiempo persiste un ambiente aciago donde “origen siga siendo destino y que ‘más vale tener conocidos que conocimientos’”.
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