• Actualmente perduran y se fortalecen instituciones que son piedra angular de la democracia: Cervantes Gómez
En el marco del 106 aniversario de la promulgación de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Cámara de Diputados,
a través de la Secretaría General, la Secretaría de Servicios Parlamentarios y
el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarios (CEDIP),
organizó de manera virtual la conferencia “Los derechos sociales en la
consolidación de la Constitución mexicana”.
El doctor Juan Carlos Cervantes Gómez, director general del
CEDIP, afirmó que hoy en día perduran y se fortalecen instituciones, principios
rectores y órganos instituidos, que son piedra angular de la democracia, como
la república, la división de poderes, el sistema federal o la supremacía
constitucional entre otros; pero el que resalta es la justicia social.
Sin lugar a dudas, dijo, una de las grandes aportaciones que
México ha hecho al resto del mundo es la inclusión de los derechos sociales en
una ley fundamental, ya que los constituyentes supieron encauzar con éxito las
reivindicaciones sociales emanadas de la Revolución mexicana.
La falta de libertades, el acceso a la tierra, seguridad
social, reconocimiento de los derechos laborales y la falta de acceso a la
educación, fueron el motor para que los derechos sociales tuvieran un
reconocimiento y fueran el eje del nacimiento de un pionero constitucionalismo
social, subrayó.
En su intervención, el presidente de la Comisión de Puntos
Constitucionales, Juan Ramiro Robledo Ruiz (Morena), señaló que los programas
sociales que han quedado en la Constitución se deben ver como una fórmula
reglamentaria de difícil retracción que obliga a que sean permanentes y
progresivos.
Se requiere, además, un sector social que tiene que ver con
los derechos sociales del gremio de los trabajadores de la industria, de los
servicios y del comercio, y no tiene que ver en su posición frente a la actividad
diaria, cotidiana y laboral.
Mencionó que la Constitución fue producto de un movimiento
armado que contenía muchos reclamos sociales, dichos de manera desarticulada y
sin ningún rigor académico; simplemente era una gran expectativa que flotaba en
el ambiente popular y que los constituyentes y la propuesta de Carranza
supusieron captar para que quedaran sin importar su jerarquía, prácticamente
inamovibles por muchísimos años.
“Los derechos sociales están en la Constitución. Con todo y
que se mueve despacio, por las razones políticas que hay en el país, ha ido
creciendo la dimensión que contiene normas que van más allá de los derechos
individuales”, concluyó.
El doctor Hugo Ítalo Morales Saldaña, presidente del
Claustro de Doctores de la Facultad de Derecho de la UNAM, destacó que el Congreso
Constituyente no se hubiera integrado sin la usurpación del poder por parte de
Victoriano Huerta, y sin una revolución que motivó la presidencia de Francisco
I. Madero.
Por eso estamos convocados para seguir los principios que
nos ha animado el triunfo de la Revolución. “No sigamos principios
doctrinarios, vamos a seguir los que implican nuestros deseos de que
efectivamente impregne todos sus principios en una Constitución”, agregó.
Aclaró que, si esto implica una reglamentación, “hagamos una
reglamentación, vamos a cambiar el principio tradicional, a crear principios
más concretos en favor de los factores esenciales que animan a nuestro país,
que son la agricultura y el trabajo”.