Cifras revelan que el país está entrando a un estancamiento y a una desaceleración económica.
Promesas de campaña de un crecimiento anual de 4% , cada vez más lejos.
La DNE, integrada por Ángel Ávila, Karen Quiroga, Adriana Díaz, Fernando Belaunzarán, Camerino Márquez, Estephany Santiago y Arturo Prida, señaló que con la evolución mínima de las cifras se avizora que en su primer año de gobierno, López Obrador no llegará ni a la mitad del peor año del ex presidente Enrique Peña Nieto, pues previeron que la economía se mantendrá débil y estancada en lo que resta del año, ésto contrario a sus promesas de campaña.
“Es un crecimiento raquítico, peor que los gobierno anteriores. Nadie debería de celebrar estos terribles y deprimentes datos, los cuales revelan una economía colapsada y un nulo crecimiento”, advirtió la dirigencia.
En ese sentido, criticaron que en enero del 2014 el propio presidente de la República cuestionara el crecimiento de 0.8 por ciento en la economía al asegurar que el expresidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray no sabían cómo hacerlo e incluso se comprometió que con su gobierno sería distinto y mejor, con un crecimiento anual de 4 por ciento.
Sin embargo, dijeron, “sus promesas quedaron en el tintero, ¿dónde quedó la Cuarta Transformación que se prometió? no hay crecimiento y estamos entrando a un estancamiento y una desaceleración económica”.
En ese sentido, los dirigentes perredistas exigieron de manera contundente políticas públicas para un mayor crecimiento de empleo, así como de distribución de ingresos, con lo que mejoraría la situación macroeconómica en el país.
“Los programas sociales de López Obrador solo son paliativos, no resuelven a fondo la problemática económica y solo sirven para fines electorales. Se debe establecer políticas certeras para que crezca el mercado interno y aumenten los empleos a largo plazo”, detallaron.
Finalmente, la DNE culpó al gobierno mexicano de influir en la disminución de la inversión extranjera al país, pues las contradicciones y dimisiones de funcionarios de alto nivel han provocado que inversionistas pierdan la confianza en rubros como transporte, comercio y construcciones.