El presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, diputado Rafael Hernández Soriano (PRD), afirmó que esta obra inició sin tener la manifestación de impacto ambiental, lo que ha traído consecuencias y afectaciones graves para la población.
Detalló que se realizó un recorrido en siete municipios mexiquenses y se comprobó que el lodo que se extrae de la obra del aeropuerto es depositado en las inmediaciones de por lo menos siete comunidades de Texcoco.
Por lo que solicitó al Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, llevar a cabo una visita a la zona, para detectar las irregularidades y tomar las acciones pertinentes.
También, dijo, se constató que a menos de 5 kilómetros de las pirámides de la Luna y el Sol se utiliza explosivos para llevar piedra a la obra, lo cual es un foco de riesgo arqueológico.
El legislador afirmó que un estudio de impacto ambiental permitirá guardar el equilibrio entre el desarrollo económico y social y las afectaciones ecológicas que signifiquen la realización de una obra, de esta manera estimó necesaria una revisión integral y realizar investigaciones para deslindar responsabilidades y encontrar una solución inmediata.
Resaltó que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el nuevo aeropuerto ya tiene un costo mayor al que se anunció en un principio y el ritmo de construcción evitará que el 20 de octubre de 2020 empiece a funcionar, por lo que consideró que se debe conocer el retraso o desfase de la obra y en dónde se dan los incrementos en el costo.
En tanto, la diputada Claudia Sánchez Juárez estimó que son muy graves las denuncias de vecinos sobre los daños que causa la construcción del nuevo aeropuerto a la población, por lo que se manifestó por atender esta problemática.
El subdirector de Medio Ambiente y Sustentabilidad del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Alejandro Virchez González, dijo que se revisó el estatus de más de 109 minas para que tuvieran sus registros correspondientes; a algunas ya se les venció su permiso y están en proceso de actualizarlo, pero prácticamente el 95 por ciento lo tienen.
Aseguró que los lodos que se extraen del lugar no contaminan. “Un lodo per se, es un remanente del proceso de una planta de tratamientos de residuos del que se deriva una serie de contaminaciones, pero Grupo Aeroportuario no tiene planta de tratamiento y lo único que está saliendo son arcillas mojadas, porque hay humedad”.
Pidió revisar si los desperdicios son del grupo aeroportuario porque se ha detectado que han llegado a los tiraderos material que no es del grupo.
Afirmó que el proyecto aeroportuario sí tiene manifestación de impacto ambiental y da cumplimiento estricto a lo que mandata la autoridad.
Vecinos de los municipios de Tlamilca, Tezoyuca y Tepetlaoxtoc expresaron su inconformidad, porque la construcción del nuevo aeropuerto “está afectando a ocho regiones de los alrededores con la contaminación que genera el lodo que se extrae y daños a las zonas arqueológicas”, además de que y el costo de la obra no contempla el problema ambiental regional.