*En su desesperación porque los altos mandos de MORENA no le cumplirán su enfermizo capricho por gobernar tras bambalinas imponiendo a su corifeo Ernesto Santillán, o a su esposa, Esmeralda Vallejo, el ex alcalde ha iniciado una serie de acciones no dudando en lanzar veladas amenazas a los dirigentes nacionales de su partido a través de costosas movilizaciones y probables financiamientos con fondos municipales de una guerra mediática en contra de la diputada local y puntera en las encuestas, Azucena Cisneros; la ambición de Vilchis es tal que, se dice, teje otros planes con el PT y hasta con el PRI
Por I. León Montesinos
Desesperado ante la negativa de los mandos nacionales de MORENA para extenderle una concesión política por otro trienio más, para ser el poder tras el trono con su títere Ernesto Santillán o su cónyuge, Esmeralda Vallejo, el ex alcalde Fernando Vilchis Contreras, candidato al Décimo Distrito Federal de Ecatepec, sucumbe como otros tantos politicastros enfermos de poder al Síndrome de Hubris, perdiendo el sentido de la realidad y en un exceso de megalomanía, pelear con uñas y dientes y la chequera de la tesorería municipal, el municipio que considera de su propiedad.
En sus últimos estertores ha buscado llamar la atención de los medios organizando supuestas manifestaciones ciudadanas como la Marcha del Silencio, donde no ha cuidado las formas, dejando las huellas de su autoría intelectual, al aparecer como parte de la organización tras bambalinas, gente como Isaac Hernández Méndez, mejor conocido por la clase política de Ecatepec como “El Niño Amarillo”, ex perredista que en 2019 salió del Sol Azteca para darle la espalda a sus antiguos jefes políticos como Octavio Martínez y Armando Pérez Soria.
Otro de los artificiosos engaños donde Vilchis ha empleado al ex regidor y consejero estatal de MORENA, ha sido enviarlo a la sede nacional de este partido para encabezar un supuesto reclamo de consejeros morenistas, estatales y nacionales –sobre todo de Ecatepec, vaya casualidad–, para impedir como han venido pregonando, que sea designada como candidata la diputada local, Azucena Cisneros, bajo una supuesta relación con el crimen organizado.
La protesta en la sede partidista, amenaza trasladarse hasta las puertas del Palacio de Gobierno en Toluca, para ejercer presión a la gobernadora.
En los altos mandos morenistas saben que el asunto fue inflado a billetazos por los testaferros del aspirante a San Lázaro, con considerables recursos tomados ilegalmente de las arcas municipales y están conscientes que no es la primera vez que un precandidato o candidato de su partido es sorprendido con algo similar.
Como se sabe, todo partió de un infortunado encuentro de la diputada local, en diciembre pasado, con un personaje señalado de encabezar una de las pandillas más peligrosas del municipio. El asunto, nos dicen, llegó hasta la Comisión de Honor y Justicia de MORENA, pero por lo insustancial de los señalamientos la aparente falta fue desechada.
Se recordará que en su momento a Andrés Manuel López Obrador se le endilgó una supuesta complicidad con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, por una foto tomada con uno de los principales implicados con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El Síndrome de Hubris ha llegado a tal grado en los desorbitados sueños de grandeza y poder de Vilchis, que no le permite ver la telaraña en que él mismo se está enredando cuando toma el asunto del crimen organizado y la inseguridad en el municipio más grande y poblado del país –y por lamentablemente el peor gobernado–, como sus argumentos para vender en los medios la peregrina idea de que es sólo su grupo político es quien puede salvar a Ecatepec.
A esta denigrante talacha política también se ha agregado la alcaldesa por Ministerio de Ley, Angélica Gabriela López Hernández, quien sumada al linchamiento político y mediático contra la legisladora local, quien buscando fortalecer la tesis contra el crimen organizado, la ha emprendido contra la Fiscalía del Estado por no actuar contra cinco bandas delictivas bien identificadas por las autoridades locales.
Por donde se le vea, solamente los ingenuos creerían a pie juntillas un disparate de tal naturaleza, pues debemos preguntar al ahora candidato a diputado federal: ¿Qué hizo en seis años para abatir los índices delictivos? ¿No se supone que se levantaba de madrugada a supervisar los operativos de vigilancia?
Peor todavía: Si como dice su incondicional del Palacio Municipal, tienen información de esas cinco bandas, ¿qué esperan para actuar? Sospechoso que nada menciona ni Vilchis ni sus empleados sobre la pandilla de los 300. ¿Por qué?
¿Tiene autoridad moral Vilchis Contreras y su equipo cercano para exigir al gobierno de Delfina Gómez Álvarez resultados en la lucha contra la delincuencia en Ecatepec?
Recordemos a Vilchis la cercanía que mantuvo como candidato en el 2018 y después como alcalde electo con el líder del Sindicato Libertad, Hugo Bello Velanzo, organización delincuencial a la que su partido en la Ciudad de México (CDMX) ha venido denunciando tras aliarse con el abanderado de la derecha y miembro del Cártel Inmobiliario, Santiago Taboada.
Imposible que Fernando Vilchis niegue sus nexos con esta mafia a la que ni remotamente se le puede llamar sindicato y a la que cedió la sexta regiduría durante su primer periodo en la persona de Guillermo Fragoso. Este último envío en agosto del 2020 un mensaje a sus correligionarios, una vez que Hugo Bello obtuvo su libertad bajo fianza tras ser detenido y enviado al Penal de Barrientos: “Nos pelaron la reata, ya tenemos al patrón aquí, de vuelta”, expresó en un audio, siendo todavía regidor del ayuntamiento de Ecatepec.
¿El ex alcalde puede decirse inocente de pactar con mafias y haber permitido su crecimiento en el golpeado, extorsionado e inseguro Ecatepec?
El tema de la sucesión en Ecatepec se vuelve más revuelo porque en ese afán enfermizo de poder, Vilchis ha fraguado una serie de planes B, C, D y los que sean necesarios para defender lo que más conviene a sus personales intereses.
Tenemos entendido que a mediados de la pasada semana y luego de que un medio local señalara que la amarrada era Azucena Cisneros, los altos mandos de MORENA citaron a los cuatro más visibles aspirantes para informarles que la encuesta favorecía a Cisneros. Tras ser enterados, dicen que Ernesto Santillán, cancerbero de Vilchis salió encolerizado y el siempre protagónico, José Luis Gutiérrez Cureño envío un propio a sabiendas de que él no sería el elegido.
Predecible como todo narcisista que padece el Síndrome de Hubris, Vilchis echó mano de su plan B y ordenó a sus operadores correr la versión de que ante los agravios cometidos por la dirigencia nacional de MORENA al “ilustre” ex edil, el PT le estaba ofreciendo ya la candidatura a su esposa Esmeralda Vallejo.
A la par y ante el inminente destape de Isidro Moreno Árcega, como candidato del PRI, tomó fuerza la versión de que en el tricolor, la torcida mente de Vilchis busca abonar su plan C; previsor, el ex alcalde, al parecer, se reunió con Moreno hace un mes para tener otra vela prendida.
Nada tendría de extraño esta perfidia a su partido porque el que traiciona una, traiciona dos y las veces sea necesario. Vilchis acuchilló por la espalda a quien debe todo e, incluso, dio la cara por él cuando en el 2018, el entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, le cuestionó sobre las capacidades y honestidad de su pupilo: “¿Tú respondes por Vilchis? Sí, yo respondo”, asintió sin dudarlo Higinio Martínez Miranda.