También, en voz de la diputada Lilia Villafuerte Zavala, quien fijó el posicionamiento del Grupo, solicitó rediseñar una política nacional de medicamentos que aborde integralmente los aspectos relacionados con la seguridad, eficacia, calidad, disponibilidad, abasto, acceso, equidad, prescripción adecuada, uso racional e innovación de fármacos y otros insumos para la salud en el país, para mejorar su abasto y disminuir su costo.
Villafuerte Zavala recordó que en la anterior legislatura el PRD fue promotor de los derechos en materia de salud de la población mexicana y señaló oportunamente el grave problema que representaba el desabasto de medicamentos.
La secretaria de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados indicó que, según informes del Programa Sectorial de Salud 2013-2018, el surtimiento de medicamentos por parte de las instituciones públicas de salud ha ido en evidente decrecimiento, en mayor proporción en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que en el 2012 sólo el 68.7% de los derechohabientes obtuvo todos sus medicamentos en el lugar de consulta.
Esto se ha dado en un contexto donde el gasto en materia de salud se ha incrementado de manera significativa, principalmente dirigido a la población que no tiene acceso a la seguridad social.
Sin embargo, precisó, lo anterior no refleja un crecimiento de los servicios de atención médica, ya que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México mantiene una oferta de servicios de salud por debajo de los estándares de la misma organización.
Contamos con 2.2 doctores por cada mil habitantes, el promedio de la OCDE es de 3.3, y una tercera parte del número de enfermeras por cada mil habitantes que el promedio de la OCDE. Con respecto a las defunciones por padecimientos cardíacos se redujeron solo 1% desde 1990, contrastando con la reducción del 48% observada en varios países de la OCDE.
Villafuerte Zavala dijo que uno de los efectos deseables del aumento del financiamiento público es la reducción del gasto privado en salud, ya que permite a las personas dirigir parte de su gasto al mayor consumo de otros bienes, pero en nuestro país el gasto privado en salud ha crecido al mismo ritmo que el aumento al financiamiento público.
“La efectividad del presupuesto público en materia de salud se ha visto obstaculizada por su ineficiente uso, y la distribución del gasto hacia las entidades federativas es desigual y obedece, principalmente, a criterios inerciales que en poco contribuyen a mejorar los resultados de salud”, concluyó la diputada del PRD.