martes, 15 de abril de 2014

Oxxos´s: Fábricas de explotación (Parte 1)

Hashtag. Tan sólo en 2013 Grupo Femsa abrió mil 120 tiendas OXXO en todo México. Semejante dato implica que, durante el año pasado, cada día se inauguraron al menos tres negocios de este tipo en alguna parte del país. Sin embargo, para percibir el impresionante crecimiento de estas autodenominadas “tiendas de conveniencia” no se requiere ser experto en cifras, basta detener la mirada en cualquier esquina para percatarse que, lo que hace apenas unos días era una farmacia, un local de abarrotes o una casa habitación, se ha convertido en un establecimiento con paredes de vidrio y un frontispicio pintado de rojo y amarillo. .
Desde su fundación en 1978 hasta 1998 apenas se registraron mil OXXO´s en todas las zonas geográficas de la nación, sin embargo de 2009 a 2013 los locales, propiedad de acaudalados empresarios regiomontanos, pasaron de 7,000 a más de 11,000. Además del afán de la empresa por “satisfacer las necesidades cotidianas del cliente de una manera amable, rápida, práctica y confiable; creando Valor Económico y Humano en la Sociedad”, este sobresaliente incremento debe atribuirse al apoyo que Grupo Femsa recibió durante el sexenio de Vicente Fox, quien trabajara para Coca-Cola de 1965 a 1979. Por citar uno de los ejemplos más representativos de este apoyo, vale la pena recordar que Grupo Femsa obtuvo una concesión que le permite explotar cantidades exorbitantes de agua del río Pánuco para llevarlas a su planta embotelladora de Monterrey en el primer sexenio panista. Quienes,en aquel entonces, gestionaron dicha concesión fueron Rafael Zarco Durkenley y Lino Korrodi, este último conocido por dirigir la asociación Amigos de Fox, acusada de generar una vía de financiación paralela para la campaña presidencial de Vicente Fox. Fuentes de explotación A la par del espaldarazo panista, existe otro factor que explica el inusual éxito de estas tiendas de conveniencia. El esquema laboral del que se sirven los OXXO´s está fundado en una forma de explotación que no por disfrazarse con puestos sofisticados (encargado de piso o ejecutivo de venta) deja de ser menos perniciosa. En promedio un trabajador de esta franquicia gana 3,000 pesos mensuales con horarios que sobrepasan las 8 horas. Sin embargo, la página de internet de la empresa promete “un Salario Base Competitivo con respecto al mercado” y posibilidades de crecimiento “sin límites”. Según empleados de la tienda entrevistados por #RevistaHashtag, quienes se abstuvieron de dar su nombre por miedo a represalias laborales, los ayudantes de tienda son los que obtienen el sueldo más bajo aunque la carga laboral es mucho mayor. Además, señalan que las jornadas laborales se incrementan más allá de las 8 horas sin el pago correspondiente. “Los abusos de los jefes son cosa de todos los días, porque ellos saben que tenemos mucha necesidad y no podemos renunciar” .afirma una cajera en voz baja para que no la escuchen sus compañeros. Además, la empresa está asentada en un esquema de tercerización laboral que le ha permitido deslindarse de las quejas por despido injustificado o las denuncias por violaciones a los derechos laborales. Los empleados modestos que trabajan en estas tiendas, cuyos sueldos son ya de por sí insuficientes, saben bien que nunca podrán hacer valer su voz en las Juntas de Conciliación y Arbitraje y mucho menos costear una demanda que seguramente perderán. “Lo mejor es aguantar, porque si pierdes el l trabajo no te dan nada y para muchos de nosotros que no tenemos estudios resulta muy difícil encontrar un trabajo. A pesar de las horas extras no pagadas y los salarios bajos, es mejor eso que nada”, manifiesta otro entrevistado con resignación. Precarización y Crisis de acumulación La situación del trabajo observada en los OXXO´s no es muy distinta a la que puede hallarse en empresas transnacionales como Wal-Mart o Mc´Donlads y que, en el fondo, obedece a un largo proceso de precarización laboral iniciado décadas atrás. Desde finales de los años 70 la fuerza de trabajo sufrió un duro revés debido a la crisis de acumulación de capital, la cual provocó una espiral de desempleo y la disminución del salario real. Como respuesta a esta crisis de acumulación, los grandes conglomerados de capital, con la anuencia de unos Estados arrinconados por la difícil situación, optaron por reorientar la forma en que se gestionaba la fuerza de trabajo limitando los derechos laborales, generando mecanismos de flexibilización y eficiencia productiva que, en última instancia, contravenían el espíritu del Estado de bienestar y las ganancias obtenidas por la lucha obrera durante décadas. Si es verdad que en México esta tendencia se ha ido incorporando a las dinámicas patronales desde la década de los 90, no fue sino con la reforma laboral aprobada en 2012 que se ha legitimado por completo. Estructuralmente, las relaciones laborales que en ella se legalizan no difieren en nada de las existentes en el siglo XIX, ya que la única barrera que se ha podido crear ante la explotación en el mundo capitalistas es la implementación de derechos laborales, su ausencia equivale a la aceptación de vivir en una sociedad fundada en la expoliación.

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