martes, 15 de abril de 2014
"La independencia de Cataluña es imparable e irreversible. Mentalmente, los catalanes ya hemos decidido"
El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, se muestra convencido de que un "divorcio amistoso" para Cataluña y el resto de España es posible y sería "beneficioso" para ambas partes, también desde el punto de vista económico.
EFE Madrid.
El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, durante su intervención en el pleno del Congreso debatió la proposición de ley del Parlamento de Cataluña que pide la transferencia a la Generalitat de la competencia para convocar la consulta.EFE
En una entrevista a pocos días del no rotundo del Congreso a la consulta soberanista, Bosch deja claro que si las Cortes dicen que votar es ilegal los catalanes buscarán "otra legalidad" para conseguirlo. "No nos vamos a enfrentar. Si es irreversible e imparable, lo más importante no es el qué, sino el cómo, para que el proceso sea cívico y pacífico, y no lastime a nadie. Al contrario, que le saquemos el máximo provecho", proclama. Bosch, que acaba de publicar el libro "Como amigos. La independencia de Catalunya interesa a los españoles" (Galaxia Gutenberg), cree posible una secesión ordenada en la que España y Catalunya salgan beneficiadas mutuamente.
Para el portavoz de ERC ya son muchos los que prevén "apocalipsis y desastres", y ahora toca explicar la "cara amable" de la independencia, las oportunidades que se abren para convertir un "matrimonio mal avenido"en una pareja separada que, pasado un tiempo, incluso puede llegar a convertirse en "buenos amantes". En ese modelo, pone de ejemplo la independencia de Noruega de Suecia a principios del siglo XX después de un proceso que podía haber sido tumultuoso, o incluso violento, pero que se desarrolló con total normalidad democrática mediante un plebiscito.
Antes de la secesión, el clima estaba enrarecido, los noruegos se quejaban de que Suecia no les representaba bien en el exterior y que se producía un expolio fiscal mientras las inversiones no llegaban a todas las partes del Estado. "Cosas que nos suenan bastante, ¿verdad?", se pregunta. Después de la independencia, "gira la relación" y en poco tiempo Suecia y Noruega conviven como buenos amigos y vecinos, con una "bolsa común" de Seguridad Social mientras el comercio y la prosperidad de ambos países "se multiplica". Es la misma explicación economicista de Adam Smith para apoyar la independencia de las colonias británicas de América del Norte en el siglo XVIII.
Bosch prefiere no fijarse un horizonte temporal para la independencia de Catalunya, "no voy a equivocarme poniendo una fecha", reconoce, pero tiene claro que el momento puede llegar este otoño, con una Diada del 11 de septiembre "que promete" y la consulta convocada para el 9 de noviembre. "Lo que sí sabemos es que las cosas cuestan mucho, se encallan, hasta que se produce un desencadenante. Podría ser este otoño. A partir del verano se añadirá cierta presión política. Si puede ser este otoño y si no, tardará algo más", asegura. No obstante, insiste en que los pasos que se vayan dando serán siempre "amistosos, legales y democráticos".
"El 9 de noviembre va a haber consulta sí o sí y si el Tribunal Constitucional anula la Ley de Consultas pues ya lo haremos de otra forma", avanza. El portavoz de ERC advierte de que no aceptarán la máxima de que votar es "ilegal", un argumento que además, a su juicio, es nefasto y letal para la propia democracia española. "La independencia sería el paso de una legalidad a otra legalidad, de una legalidad española a una legalidad republicana catalana. Si España nos dice que estamos fuera de la Constitución ese plazo se acelerará, y sólo podremos decir: Gracias por la ayuda", ironiza.
En ese proceso, Bosch niega de forma tajante que exista hispanofobia o riesgo de ruptura de la sociedad catalana porque no se impedirá que quien quiera seguir siendo español lo pueda ejercer en libertad y con total normalidad: "Esa gente que se siente española, puede seguir siendo española". "No hay ruptura, igual que ahora. Ahora también hay muchos catalanes que no quieren ser españoles y no nos peleamos. Solo hay que girar la ecuación", añade. Por eso apuesta por que hablen las urnas y contar "quienes son más" para que la mayoría "gane la partida" y decida sobre el futuro de Catalunya, sin dramatismos y reitera: "como amigos".
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