En 1934, Paul Otlet, inventor de la clasificación decimal universal (el primer sistema de clasificación facetada, que todavía se utiliza en algunas bibliotecas), se dio cuenta de que los cables y ondas de radio podían unir el mundo y llevar el conocimiento a todos los hogares. El científico describió un concepto al que llamó 'biblioteca radiada', según el cual cualquier persona debía poder llamar a una biblioteca y obtener información sobre el tema deseado. Su idea preveía que los 'usuarios' fueran atendidos por bibliotecarios que buscarían los libros relevantes y enviarían imágenes de las páginas a la pantalla del televisor del solicitante.
Otlet llamó a este servicio 'libro televisado'. También señaló que sería conveniente dividir la pantalla en varias partes con el fin de poder comparar varios libros, así como imágenes y archivos de audio y video.
La biblioteca radiada y el libro televisado de Otlet eran solo una parte de un ambicioso proyecto del científico belga: una nueva 'ciudad mundial' que imaginó en 1895 y empezó a convertir en realidad en 1910 con la fundación del Mundaneum. Antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial, Mundaneum, que tenía que haberse convertido en el archivo del conocimiento sistematizado de toda la humanidad, acumuló más de 12 millones de fichas y documentos. Pero debido al inicio de la guerra las autoridades belgas cortaron la financiación del proyecto. El científico murió poco después, en 1944.
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