El reciente descubrimiento de un contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts, con una antigüedad aproximada de 15 mil años, “representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros”, según expresó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH.
Por su parte, el arqueólogo Luis Córdoba Barradas, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, indicó que, los restos de ocho proceden de las dos primeras unidades de excavación localizadas en la esquina suroeste del terreno; mientras que los vestigios de otros seis fueron rescatados al norte del mismo, en la tercera unidad de excavación.
Dentro de esas fosas, por debajo de los 3.50 metros, se han recuperado ocho cráneos, cinco mandíbulas, un centenar de vértebras, 179 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, además de ulnas (cúbitos de un hueso largo), pelvis, fémures, tibias y otros huesos “pequeños”.
Aunque los restos de 14 mamuts quedan por debajo de los registrados en sitios del norte y este de Europa —donde inclusive se han encontrado vestigios de 100 o 166 mamuts—, “Tultepec II” ya puede ingresar a la lista de los llamados Megasitios de Mamut.
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