lunes, 16 de enero de 2017

En Guerrero, niños indígenas preservan la siembra de la amapola

En las partes altas de La Montaña de Guerrero pobladores indígenas continúan la siembra de amapola, actividad que ha provocado detenciones, ante lo cual ahora los niños acuden a trabajar a los cultivos para ayudar en la economía familiar. Se trata de menores de entre 10 y 12 años de edad, quienes coinciden en que deben trabajar “regando, rayando y cuidando la planta de amapola para salir adelante y poder comer”. Es la enseñanza inculcada por sus padres y ellos no la ven mal, porque “si no hay empleo, no hay qué comer, no tienen para medicinas, tienen que buscar de qué vivir”. En municipios como Cochoapa El Grande, Acatepec, Tlacoapa, entre otros, la falta de escuelas de calidad, que trunca la educación en la primaria o nivel secundaria, así como la falta de alternativas laborales, son algunos factores que orillan a los menores a ayudar en la siembra de amapola. Durante los recorridos por algunos plantíos de amapola en La Montaña, son constantes las miradas de recelo de algunos agricultores que prohíben la visita de personas extrañas a los campos de cultivos, muchos de ellos escondidos entre zonas de difícil acceso, entre estos se encuentran niños que entre juegos y risas laboran en el cultivo de amapola. Pese a ello, los menores anhelan estudiar y convertirse en doctores, enfermeras o abogados. En marzo de 2016, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores afirmó que legalizar la amapola es una alternativa para disminuir la violencia en Guerrero, declaración que repitió en septiembre de ese año. Tras dicha afirmación, la fracción del partido Movimiento Ciudadano en el Congreso local, le tomó la palabra a Astudillo Flores y propuso una iniciativa de ley para el cultivo de amapola, pero esta terminó en exhorto ante el rechazo del PRI.

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