Los 52 pueblos mazahuas que conforman el Municipio de San Felipe de las Rosas, en Villa Victoria, Estado de México, se reunieron a las afueras del ejido El Espinal, junto a los desagües de la antigua presa, para exigir que ya no les vendan el agua y que los ríos y manantiales retornen a sus comunidades, pues consideran a sus seis manantiales y 15 ríos que alimentan la presa El Espinal, su única herencia, de la que sobrevive poco.
El representante del Municipio Mazahua, identificado como Arturo Martínez Hernández, explicó que desde el 2015 año de la conformación de San Felipe de las Rosas como municipio, se solicitó al Ejecutivo estatal y la Legislatura la entrega de un presupuesto para atender sus necesidades.
Pero desde entonces los han ignorado, no hay documento escrito que los avale, ni defensa jurídica que los auspicie.
La intención de la reunión fue entregar un oficio a los representantes de la Comisión Nacional del Agua para advertirles que clausurarán la presa como parte de sus acciones, para retornar el agua a sus comunidades y dejar de padecer las sequías.
Aunque para las autoridades, sus anhelos parecen sin importancia, el municipio Mazahua asegura que el recurso que se solicita es para integrar su cabildo, realizar obras básicas como pavimentar calles y construir escuelas, pues es una región azotada por la pobreza y la marginación.
Transgredidos y negados en sus derechos de pueblos originarios, recriminaron que así como en esta zona, ocurre lo mismo que en otras regiones indígenas del país y que tienen como realidad común las expropiaciones de recursos naturales y el abandono de los que se dicen sus autoridades que los dejan sumidos en la pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario