jueves, 5 de junio de 2014

El G-7 castiga a Putin con la expulsión de Rusia por comerse parte de Ucrania

Agencias en Bruselas |
El G-7, club de los países más ricos y poderosos, al que pertenecen Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá, pero que siguen sin contar con potencias como China e India, consumó ayer su desaire al presidente de Rusia, Vladímir Putin, al no haberlo invitado a la reunión celebrada ayer en Bruselas, por ser la capital belga también la capital de la Unión Europea (UE). Se trata de la primera vez que Rusia no es invitada a este tipo de reuniones, para la que se llegó a bautizar el encuentro con el G-8 (o G-7 más Rusia). De hecho, la reunión estaba prevista que se celebrase en la olímpica ciudad rusa de Sochi, pero la anexión de Crimea por parte de los rusos, fue respondida con un paquete de represalias de EU y sus aliados contra Rusia, incluida su expulsión del G-7. “Inaceptable interferencia”. Por si no le quedó claro a Putin la causa de su expulsión del club de los poderosos, el comunicado final del G-7 no ofrece margen de duda. “Por la continua violación de la soberanía y de la integridad territorial de Ucrania”. Los mandatarios del G-7 volvieron a denunciar la anexión de Crimea y la desestabilización del este de ese país que de nuevo calificaron de “inaceptable” y pidieron que “pare de inmediato”. “Esas acciones violan los principios fundamentales de la ley internacional y deberían preocupar a todas las naciones”, afirmaron. Cita en Normandía. Pese al acuerdo para mantener latente la amenaza de nuevas sanciones contra empresas y personalidades rusas, los líderes del G-7 no pretenden acorralar completamente a Putin, al menos los líderes europeos, quienes esperan que dé marcha atrás. La canciller alemana, Ángela Merkel, el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, François Hollande, confirmaron ayer que mantendrán mañana viernes reuniones bilaterales con Putin, aprovechando la conmemoración del 70º aniversario del desembarco de Normandía, para el que el ruso sí ha sido invitado. Obama coincidirá dos veces en la misma habitación que el presidente ruso, pero no hay planes para una reunión cara a cara. Ayer, su consejero adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, dijo al respecto que “la conversación más importante que tiene que producirse es entre Moscú y Kiev”.

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