lunes, 28 de julio de 2014
Las claves de la nueva situación geopolítica en el Oriente Medio
© REUTERS.
¿Cuáles son las claves de la nueva situación geopolítica en el Oriente Próximo, con la expansión del fundamentalismo islámico por un lado y la formación del "eje de seguridad" Egipto–Israel–Kurdistán por el otro?
"La aceleración de desmembración de Siria e Irak así como el agravamiento de los enfrentamientos regionales entre chiitas y sunitas islamistas en el Oriente Medio ahondan en los profundos cambios ocurridos bajo el impacto de las 'primaveras árabes' e inviernos islámicos", escribe el periodista y politólogo israelí Richard Darmon en el periódico francés 'Le Figaro'. Estos cambios podrían alterar por completo Oriente Medio como en estos momentos los conocemos, heredero del colonialismo británico y francés.
El autor predice el fin inevitable de Irak después del fin de Siria. Debido al avance rápido del grupo islamista suní Estado Islámico (EL, el ex EIIL) en Irak, el país podría dividirse en al menos cuatro partes, de la misma manera que Siria, destrozada por grupos rivales como Frente Al Nusra, el grupo suní sirio, vinculado con Al Qaeda, que se opone tanto al gobierno del presidente alauita Bashar al-Asad y al mismo Estado Islámico.
La destrucción de estos dos países significará el fin del Oriente Próximo creado por poderes coloniales, Francia y Reino Unido, con sus fronteras artificiales, y regreso de los pueblos a las formas de existencia más tradicionales como la comunidad de creyentes umma.
Al mismo tiempo, la confrontación entre chiitas y sunitas se empeora hasta el punto que es Irán, el país mayormente chiita, se vuelve el mayor enemigo de sunitas en vez de Israel o EE.UU., escribe el politólogo.
Entretanto, la creciente violencia suní permite el acercamiento hasta hace poco imposible "eje estratégico" entre Irán y EE.UU. La alianza entre los dos países se forma ante el fondo de la ausencia militar y estratégica de EE.UU. en la región y el "fiasco total" de la política regional de la administración de Barack Obama. Por medio de Irán, EE.UU. busca detener la ofensiva suní en Irak que amenaza con tomar Bagdad.
Jordania y Líbano son los dos países que más se exponen a la amenaza de desintegración por la ola de disensiones en los países vecinos, Irak y Siria. Líbano, de por sí un país dividido entre diferentes etnias y religiones, se ve involucrado directamente en el conflicto entre chiitas y sunitas a través de la organización política chií Hezbolá. Radicada en este país, EE.UU., al igual que Israel y Egipto, la consideran una organización terrorista. A su vez el vecino de Siria e Irak, Jordania, país poblado mayormente por palestinos, se ve amenazado tanto por los Hermanos Musulmanes, que según el autor ya preparan allí un "tsunami fundamentalista suní", como por el Frente Al Nusra y EL.
Con el fondo de la nueva guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, no deja los intentos de reconciliar la organización política moderada Fatah con Hamás, que se destaca por su posición agresiva hacia Israel. No obstante, el fruto de esta reconciliación podría ser un verdadero monstruo, en la condiciones actuales, cree el autor. Teniendo en cuenta la situación tan compleja y tensa que se está creando en la región, la resolución del conflicto palestino-israelí podría agravar la situación geopolítica en el caso de que en el territorio palestino se cree un nuevo estado musulmán, "terrorista y agresivo", concluye el autor.
Según él, Israel y Egipto son los únicos dos estados que permanecen estables y fuertes "en el tsunami, que está borrando la mayoría de los estados-naciones árabes" en la región. Egipto, que antes fue el principal apoyo de Hamás, prohibió con la llegada de las nuevas autoridades a través de golpe de estado hace un año a los Hermanos Musulmanes y Hamás. Al mismo tiempo, como resultado de la creciente violencia suní en Irak, los kurdos de este país reclamaron la independencia y se manifestaron "listos para cooperar con Israel y Egipto económicamente y militarmente". La creación del eje "moderado" Egipto–Israel–Kurdistán para enfrentarse al fundamentalismo islámico podría devolver el equilibrio a la región, opina el analista.
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