lunes, 28 de julio de 2014

Pacas de ropa, el nuevo negocio del crimen organizado

Redacción Revolución - @revolucion3_0
Controlan cárteles hasta pacas de ropa Una parte de todas las pacas de ropa estadunidense desechada, que se pueden obtener en mercados como el de Fray Servando, cerca del metro Pino Suárez, o el tianguis de San Martín Texmelucan en Puebla, al igual que las drogas, también es controlada por las organizaciones criminales, un mercado demasiado lucrativo pues como apunta la Cámara Nacional de la Industria del Vestido: seis de cada diez prendas vendidas en el país se obtiene en el mercado informal. Informes oficiales señalan que los grupos como el Cártel del Golfo y Los Zetas comenzaron a controlar en la frontera norte a quienes traían la ropa, obtenida principalmente en Laredo y McAllen en Texas. Por su parte, testimonios de comerciantes aseguran que aproximadamente hace cuatro o cinco años fueron obligados a comprar las pacas con vendedores específicos de Los Angeles, California, mientras que otros indican que los cárteles han cobrado incluso derecho de piso en ciertos mercados donde se ofrecen la ropa por pieza. Efrén Sandoval, antropólogo especialista en temas como la fayuca, menciona que los cárteles de la droga incursionaron desde 2009, con suma naturalidad y poca dificultad a un sector donde las extorsiones y la complicidad son los factores que rigen. Con base en sus estudios, que incluyen investigación de campo en la frontera de Tamaulipas, el académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Programa Noreste, pudo determinar que en Hidalgo, Laredo y McAllen se encuentran los principales proveedores mayoristas, tan sólo en esta última estima que existen 109 centros de distribución. Este mercado, que involucra a funcionarios, policías de distintos niveles, y líderes sindicales, sufrió, según Sandoval, la irrupción del crimen organizado en 2012 con el asesinato de unos “fleteros”, quienes se negaron a laborar con ellos, lo que ha provocado la percepción en los comerciantes de que el negocio es controlado por uno o más grupos. De acuerdo con sus predicciones, las organizaciones criminales mantienen el control o intentan controlar el paso de la ropa, aunque no cuentan con la certeza si es uno, dos o diferentes células dentro de un mismo grupo. En el mercado de Fray Servando por ejemplo, donde los vendedores en locales fijos y puestos callejeros, en promedio obtienen más de 30 mil pesos un viernes, se le deben pagar 100 pesos al Frente Nacional del Comercio Informal (FNCI) por el permiso de vender, organización que en 2012 apoyó la candidatura de Peña Nieto.

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