La sonda Messenger (acrónimo de Mercury Surface, Space Enviroment, Geochimestry and Ranging) de la NASA, que fue lanzada al espacio en agosto de 2004, se ha estrellado contra la superficie de Mercurio, según sciencenews.org. Se pone así fin a una exitosa misión que ha permitido conocer mucho mejor este planeta ubicado a 57,9 millones de kilómetros del Sol, el más pequeño de los ocho del Sistema Solar. El choque, que ha tenido lugar en el lado del planeta más lejano a la Tierra, se ha producido a una velocidad aproximada de 14.000 kilómetros por hora al quedarse completamente sin combustible y ha dejado un cráter de aproximadamente 15 metros.
En el transcurso de su misión, que ha tenido un coste de 450 millones de dólares, la sonda ha tomado más de 250.000 fotografías y recopilado grandes cantidades de información (10 terabytes) sobre la composición de la atmósfera, la superficie (ha permitido crear el primer mapa completo del planeta) y el comportamiento del campo magnético de Mercurio. Asimismo, ha hallado indicios de agua helada y materia orgánica en los polos del planeta más cercano al Sol.
"La misión descubrió una superficie rica en diversidad química. Fotografió estaños huecos donde el material parece haberse evaporado en el espacio bajo el sol abrasador", ha declarado la NASA en un comunicado este lunes. "Dibujó un vasto mapa de depósitos volcánicos, descubrió que el planeta entero estaba reducido por 7 kilómetros de radio y descubrió depósitos de agua helada en las profundidades de cráteres polares donde no llega la luz del sol", ha destacado la NASA.
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