miércoles, 9 de marzo de 2016
Derecho a la privacidad, la protección de los datos personales y la seguridad nacional: un debate mundial
Por Arlen Jaime Merlos
Hace unas semanas la empresa Apple y el FBI se convirtieron en los protagonistas de una guerra por el control de la información de millones de usuarios en el mundo, enfrentamiento que ha dado origen al debate público sobre sí debe o no entregar a los gobiernos, el acceso a los datos de los usuarios de empresas de telefonía e internet bajo el argumento de garantizar la seguridad de los países.
El conflicto inicia cuando el FBI solicitó a la empresa multinacional desarrollar un nuevo software que permitiera desencriptar el iPhone que utilizó uno de los terroristas responsable de la masacre en la ciudad de San Bernardino de Estados Unidos en diciembre del año pasado; petición que fue rechazada por el presidente ejecutivo de Apple al señalar su prioridad por salvaguardar los derechos fundamentales de la privacidad y protección de datos personales de ciudadanos en todo el mundo, pues al crear una llave maestra capaz de hackear sus propios dispositivos representaría un precedente que pondría en riesgo libertades civiles.
El debate se basa en dos posturas, por un lado los gobiernos que argumentan la necesidad de obtener la información que hay en las redes y teléfonos de determinadas personas y así impedir actos criminales, conspiraciones terroristas o recabar pruebas contra “sospechosos” de terrorismo. Del lado contrario, se encuentran las empresas de internet (Apple, Facebook, Google y Twitter) quienes defienden la necesidad de proteger la privacidad de sus usuarios, argumentando que es distinto cooperar con la justicia que crear una herramienta para hackear la información, teléfonos o computadoras de los ciudadanos.
El dilema central consiste en entender si al fundamentar la defensa de la seguridad se justifica la intervención del Estado en la esfera privada de las personas, debate que no es exclusivo de Estados Unidos, ya que tiene diversas implicaciones internacionales, y un claro es la detención de altos ejecutivos de Facebook en Brasil por negarse a facilitar datos personales de un usuario de WhatsApp acusado de pertenecer a una red de narcotráfico, o el caso de las multas de 350 mil euros y 5 años de prisión que intenta interponer la Asamblea Nacional en Francia, a las empresas de telefonía privada que se nieguen a facilitar a las autoridades judiciales datos codificados en dispositivos creados por ellas.
Sin duda, la discusión requiere un profundo análisis de criterios jurídicos que garanticen la máxima protección de los derechos humanos en el uso de las tecnologías.
Recordemos las revelaciones del ex analista de la CIA, Edward Snowden, al revelar el espionaje masivo realizado por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, creando una situación que conmocionó a la comunidad internacional.
En este sentido, la utilización de tecnologías de la información no debe ser motivo para vulnerar el derecho a la protección de los datos personales de sus usuarios.
Las condiciones en que puede llevarse a cabo la intervención o acceso a la información en el ámbito mundial dependerán en gran medida del resultado de este enfrentamiento entre Apple y el FBI. Sin duda alguna, el camino este tema será largo, el debate de la defensa de la seguridad nacional y el derecho humano a la confidencialidad, marcará precedentes jurídicos que marquen el futuro de la seguridad de datos, las políticas y avisos de privacidad y códigos de conducta de la industria telefónica, redes sociales e internet.
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