sábado, 15 de marzo de 2014
Pie pequeño podría ser uno de los ancestros del hombre
Científicos franceses y sudafricanos comprobaron que el esqueleto fósil casi completo del australopithecus llamado Little foot (Pie pequeño), tiene 3 millones de años de antigüedad y no los 2.2 que se le habían estimado. Al igual que y los australopitecos de África oriental, podría ser uno de los antepasados de los primeros seres humanos, el Homo habilis.
Los investigadores publicaron ayer los resultados de 13 años de estudios sobre este espécimen en la revista Journal of Human Evolution. Son los últimos hallazgos de un estudio detallado de la estratigrafía, microestratigrafía, y geoquímica en todo el esqueleto, por parte del profesor Ron Clarke de la Universidad de Witwatersrand y sus colegas que refutan afirmaciones anteriores de que estos restos corresponden a un espécimen más joven.
Mediante este trabajo, el esqueleto de Pie pequeño fue extraído de la cueva, en Sterkfontein, cerca de Johannesburgo, donde se encontraba, y el cráneo, los brazos, las piernas, la pelvis y otros huesos se limpiaron. Este australopithecus de Sudáfrica, de apenas más de un metro de altura, vivió efectivamente hace tres millones de años, aproximadamente al mismo tiempo que Lucy, su famosa prima etíope, descubierta en 1974.
“Es un millón de años más viejo de lo que pensó un equipo de arqueólogos competidores (2.2 millones de años) y podría se uno de los antepasados de los primeros seres humanos, el Homo habilis”, agregan los investigadores.
“Hasta el día de hoy, algunos decían: Sudáfrica es demasiado joven como para haber sido la cuna de los primeros hombres. Tras una datación de 3 millones de años, Pie pequeño y Sudáfrica vuelven a estar en carrera”, escribe Ron Clarke, principal autor del estudio.
Ágil en la tierra y en los árboles, Pie pequeño sufrió sin embargo una caída mortal desde unos 20 metros de altura hasta el fondo de una gruta en Sterkfontein, cerca de Johanesburgo. Era una zona repleta de grutas y fósiles proto-humanos —unos mil ya han sido exhumados— inscripta en el patrimonio mundial de la Unesco como “Cuna de la humanidad”.
El australopiteco permaneció en ese lugar durante unos tres millones de años, conservado por una capa de mineral calcáreo, inmovilizado en su pose mortuaria con un largo pulgar aún plegado dentro del puño cerrado.
Historia. Las cuevas de Sterkfontein de Gauteng, Sudáfrica, obtuvieron renombre mundial en 1936 cuando por albergar los hallazgos de un gran número de fósiles del hombre-mono australopithecus. Sin embargo, durante sesenta años, estos fósiles consistían sólo de cráneos parciales y mandíbulas, dientes aislados y fragmentos de huesos de las extremidades.
Para 1997, Ron Clarke, Stephen Motsumi y Nkwane Molefe de la Universidad de Witwatersrand, descubrieron un esqueleto casi completo de australopithecus con el cráneo incrustado en el sedimento calcificado en una cámara subterránea de las cuevas. Comenzaron a excavar cuidadosamente este esqueleto con el fin de entender los procesos que contribuyeron a su conservación.
Durante la excavación, se hizo evidente que el esqueleto había sido sometido a una perturbación y al colapso parcial en una cavidad inferior y que un fluido calcáreo había llenado posteriormente los huecos formados alrededor de los huesos desplazados.
No obstante este hecho, otros investigadores dataron las coladas –fenómeno geológico- y afirmaron que dichas fechas (2.2 millones de años) representan la edad del esqueleto. Esto creó la falsa impresión de que el esqueleto es mucho más joven de lo que realmente es.
Pero ahora, os investigadores franceses y sudafricanos especialistas en el estudio de cuevas de piedra caliza demostró que las coladas que llenaron los huecos se formaron por una antigua erosión y colapso, y que, por tanto, el esqueleto es más antiguo.
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