sábado, 15 de marzo de 2014
Joan Manuel Serrat recuerda su exilio en México en 1975
Ulises Castañeda |
Joan Manuel Serrat llegó a la ciudad de México en 1969 como parte de una pequeña gira que incluyó presentaciones en el Palacio de Bellas Artes y un concierto histórico en la Facultad de Química en octubre ese mismo año. El 29 de septiembre de 1975, regresó al país pero esa visita coincidió con el fusilamiento de tres militantes de las FRAP y dos de ETA por parte del régimen del dictador Francisco Franco, en España.
Serrat fue solicitado a opinar sobre eso desde el aeropuerto de la ciudad de México y en sus declaraciones repudió la pena de muerte y “la violencia establecida y oficial”, sin saber las consecuencias de sus palabras que desembocaron en represalia del gobierno español. Se libró una orden de aprehensión en su contra, se le vetó en España y le impidieron regresar. En el marco de la conmemoración del 75 aniversario del exilio español en México, el cantautor recuerda su experiencia a finales del franquismo.
“Lo más difícil es el sentimiento de provisionalidad, todo es provisional porque no depende de una voluntad sino de una circunstancia, hasta que no se modificaran las circunstancias no sabías cuando iban a cambiar, entonces esta situación de que el exiliado tiene es lo más complicado. El no comprometerse con nada, con una casa, con un electrodoméstico, con nada porque piensas que va a ser eventual”, comentó el jueves por la noche en entrevista.
México les dio asilo político a pensadores, poetas, periodistas, pintores y cineastas, por mencionar algunos, quienes cruzaron el atlántico desde 1939, “yo no llegué en un barco, yo llegué en el año 69 y en el 75 me tuve que quedar a raíz de los últimos asesinatos legales del franquismo, a causa de unas declaraciones me veo obligado a quedarme porque se me abrió un proceso por injurias hacia el estado. Me quedo aquí. En México encontré mi casa”, recordó.
“Primero me quedé en una casa que ya había encontrado antes en otras casas en las que había crecido en mis primeros años de relación con México. Sin ir más lejos en casa de los Taibo. A partir de ahí conocí y crecí junto a hombres como (Luis) Alcoriza, (Luis) Buñuel, (Juan) Rulfo, (Luis) Rius y (Juan) Rejano”, agregó.
Además, la orden en contra de Serrat coincidió con la postura del presidente Luis Echeverría Álvarez, quien había mantenido la postura mexicana de reconocer sólo al gobierno de la Segunda República Española en el exilio y opta por quedarse en México. Mientras que en España, tal y como ya había ocurrido en 1968, sus trabajos son retirados y censurados por el régimen.
“Yo no declaré. Yo no decidí declarar, a mí me preguntaron y yo contesté, y cuando respondí supe que mi situación era difícil y tardé un poco en darme cuenta de lo complicada que era, no tenía una decisión tomada porque en aquel momento, el gobierno de Echeverría había roto relaciones comerciales, yo no sabía en qué situación estaba”, comentó Serrat.
Casi dos meses después de la orden de aprehensión, el 20 de noviembre murió Francisco Franco en España, sin embargo, el gobierno de Arias Navarro no ofreció garantías para su regreso. En ese entonces el cantautor promocionaba su disco Para piel de manzana, y con el apoyo de sus músicos emprendió una gira por México, que se extendió a los Estados Unidos, a través de un autobús bautizado como “La Gordita”.
“La riqueza en que tuve la fortuna de desenvolverme en casa de los Taibo fue enorme y cuando tuve aquella prohibición se me ocurrió hacer una gira por México y compré un camión y me fui a tocar con mis músicos por México durante casi un año. En aquella gira la gente ‘ésta es tu casa, quédate’ y yo me lo creí y me quedé, y fue para lo bueno y para lo malo, para todo como lo hicieron también los otros tantos compatriotas que se quedaron”, enfatizó Serrat.
El cantautor explicó que lo más duro fue alejarse de sus familiares, a quienes tuvo la oportunidad de ver en contadas ocasiones en la ciudad de Persignan ubicada al oeste de Francia: “Cuando uno toma una decisión analiza por encima de cualquier cosa el pequeño mundo de uno y los sentimientos, confieso que lo que más me preocupó fue mi familia: mis padres y hermanos, que volvíamos a estar separados. Uno no hace las cosas pensando más que lo que puede creer”.
“El exilio siempre es malo, es un castigo históricamente, un castigo de ofensiva. El exilio español lo escogió la gente para no ser asesinados o masacrados como hubo miles. No es bueno para el español ni para el de ningún otro país (…) La vida no está hecha de cosas buenas, sino solo de cosas, y en ellas hay las que son maravillosas y conmovedoras y las que son difíciles y dolorosas, está hecha de todo esto”, añadió.
La Amnistía concedida el 4 de agosto de 1976 por la Corona situó a Serrat en disposición de volver. Cumplió con sus contratos pendientes, arregló sus papeles y el 20 de agosto pisó nuevamente suelo catalán tras once meses de obligada ausencia.
Bajó del avión acompañado de su amigo Oriol Regas, de Claudi Martí y Ramón Segura, directivos de sus dos casas de discos, lo recibieron un puñado de amigos íntimos (Guillermina Motta y Mónica Randall, entre ellos) y un nutrido grupo de fans entre los dieciocho y los setenta años.
De acuerdo con la revista Lecturas, éstas fueron las primeras palabras de Serrat a su regreso: “Amarga. Ha sido una experiencia amarga. A nivel personal me ha servido para hablar mucho conmigo mismo, porque los descalabros cuando no son totales pueden resultar muy positivos”.
En otoño de 1976 retoma su carrera y comienza a dar una pequeña gira de conciertos gratuitos por diversos puntos de Barcelona para recabar fondos para las diversas asociaciones.
“Yo me siento profundamente ligado a México por dos cosas: como persona y como hijo y nieto del exilio. Aquel exilio que, es cierto, en aquella maldita guerra, le robó a España varias generaciones que hubieran hecho un salto brutal en nuestro país, pero bueno los que nos quedamos pensamos que también México es nuestro país. No es verdad que tengamos una patria en cada lado, sino las dos en cada una, se pueden tener perfectamente y con toda comodidad, lo sé porque yo las tengo”, concluyó el cantautor.
Serrat presidió junto con Cuauhtémoc Cárdenas el inicio del programa de festejos con el que la ciudad de México conmemorará el 75 aniversario del exilio republicano español en México, que incluye una exposición en homenaje al diplomático mexicano Gilberto Bosques, un mapa virtual del exilio español en México y un espacio público y abierto titulado Palabras / Refugio donde la gente podrá dejar sus testimonios verbales, musicales y ambientales sobre el exilio.
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