martes, 3 de junio de 2014
Las fantasmales estatuas que protegen la selva tropical de Australia
Entre los helechos y el musgo de uno de los bosques tropicales más bellos del mundo, estatuas de piedra están vigilando lo que pasa. Las misteriosas esculturas de aborígenes están fundidas con las rocas y los troncos de los árboles, guardando para siempre la paz de su paraíso indígena.
Esto se encuentra en los Dandenong Ranges de Victoria a las afueras de Melbourne, Australia. Allí se encuentra el santuario de William Ricketts, el hombre detrás de casi cien esculturas de barro disfrazadas de pedazos de bosque. La experiencia es definitivamente una experiencia fantasmal.
Rickett no fue especialmente un artesano ni un escultor entrenado, pero por alguna razón escogió el arte para expresar su respeto por los aborígenes, personas con las que pasó muchos años interactuando y aprendiendo. Y aunque él no fue aborigen de sangre, se consideraba como un adoptado de ellos. En varias de las esculturas, Rickett se representa a sí mismo protegido por ellos, que a su vez protegen la selva tropical.
William Rickett vivió y trabajó en esta sitio desde 1930 hasta su muerte en 1993, y creó sus esculturas en una pequeña cabaña que aún se mantiene en pié. Pero sus esculturas están dispersas por todos los bosques de Australia, aunque muchas de ellas hayan sido destruidas.
El parque de esculturas fue adquirido por el gobierno de Australia en 1960, y está abierto al público de manera gratuita.
Fuente: Ecoosfera
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