jueves, 30 de enero de 2014

Luchan unidos autodefensas y Ejército contra Templarios

Daniel Blancas en Parácuaro |
Regularización. Soldados y autoridades levantan un registro del armamento de algunos autodefensas. Autodefensas de Michoacán y fuerzas federales acordaron la conformación de operativos conjuntos en diversos municipios de Tierra Caliente. Esta alianza inédita se pactó sin concretarse aún la institucionalización de los grupos comunitarios, anunciada por el gobierno federal el pasado lunes. “Les hemos comenzado a llamar escudos de seguridad”, detallaron a Crónica representantes de la autodefensa. Fueron coordinados especialmente con elementos de la Policía Federal (PF) que han sido desplegados en la zona durante las últimas semanas. Contemplan desde labores de vigilancia y protección ciudadana hasta estrategias de persecución contra integrantes del cártel de los Caballeros Templarios. “Hasta donde estén los Templarios vamos a llegar, no es que estemos patrullando junto con los federales, más bien los estamos persiguiendo, estamos tras de ellos”, señaló Niga, uno de los coordinadores de la base comunitaria en El Varal, en Parácuaro. Además de este municipio, Crónica pudo corroborar estos binomios en territorios de Nueva Italia, La Huacana, Buenavista-Tomatlán y en poblados de la periferia de Apatzingán. Hasta ahora, los civiles han desarrollado las acciones armados lo mismo con escopetas que con rifles de alto poder. Apenas a inicios de semana, los líderes del movimiento se comprometieron a registrar su armamento ante la Secretaría de la Defensa Nacional, como parte de un proceso de integración a cuerpos de defensa rural. De acuerdo con testimonios de agentes federales entrevistados por este grupo editorial, la unión operativa es necesaria por la información que poseen los autodefensas. “Ellos conocen a la perfección a los habitantes de cada pueblo, saben quiénes son sus vecinos y quiénes no, y pueden identificar a los malos, por eso trabajamos juntos en los puestos de control instalados en los accesos de las comunidades”, afirmó un PF enviado a la cabecera municipal de La Huacana. Pero la utilidad de los comunitarios, según otros federales, va más allá del resguardo de entradas: “Ellos tienen datos sobre el modo de operación de los criminales, ubican sus rutas y a veces hasta sus vehículos. También dominan los caminos, en especial los de difícil acceso, los cerros, las veredas y brechas”, describió otro oficial, encargado de la vigilancia en el poblado de Buenavista. Aunque en días pasados había sido evidente la camaradería entre unos y otros, no se habían formalizado la dupla operativa… “No es que seamos los mejores amigos, pero de alguna forma tanto autodefensas como policías tratamos de hacer las cosas bien. Está muy claro que no somos enemigos, más bien los dos lados estamos intentando llegar al mismo fin: limpiar Michoacán de los Templarios”, explicó Hipólito Mora, fundador de estos grupos y “comandante” en La Ruana. Por su parte, Nitro, coordinador de base en la cabecera de Parácuaro, describió: “Además de que el crimen organizado es enemigo común, hay un factor muy profundo que ha acrecentado el compromiso de los policías federales”. —¿Cuál? —Ellos han tenido muchos problemas con los Templarios, porque les han matado mucha gente en emboscadas y están dolidos, también quieren acabarlos y si la ciudadanía les ayuda es mejor. —¿Cómo se han coordinado en Parácuaro? —Los federales encabezan la parte operativa, mientras nosotros recabamos datos y ofrecemos perfiles de los delincuentes, porque conocemos quiénes son, dónde tienen sus guaridas y cuál es su modus vivendi. —¿Y ha habido resultados? —Ha estado funcionando, porque los pueblos se están limpiando poco a poco y la gente se va tranquilizando, se siente más libre y ese es el objetivo central. CON SOLDADOS. Aunque las maniobras de la autodefensa con el Ejército son menos, sí es visible la comunicación, en especial por medio de ex militares que se han sumado a los comunitarios. “Cuando hemos tomado algunos pueblos u organizamos algunas rasuradas por los cerros, los militares se dan cuenta, pero nos terminan diciendo: hagan sus cosas por allá, que nosotros haremos como que no los vemos”, confió el Comandante 1, de Nueva Italia, ex sargento retirado. De hecho, reveló que el aplazamiento de la toma de Apatzingán fue negociada con la milicia: “Tuvimos reuniones con los mandos, y nos pidieron que no ingresáramos por ahora, hasta que las cosas estén más tranquilas y haya menos riesgo de enfrentamiento con los malosos”. —Pero se han reportado algunos encontronazos con los soldados, incluso hasta muertes de algunos civiles, como en Antúnez... —Desafortunadamente hay mucha rotación de los militares por esta zona: nos hostigan quienes están recién llegados de otras regiones, porque piensan que somos unos vagos o malvivientes, pero los soldados que ya tienen tiempo en Tierra Caliente, han conocido el movimiento, saben de qué se trata y contra quiénes luchamos. Ellos están en la misma sintonía…

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