viernes, 4 de abril de 2014
¿Por qué son un engaño las agencias de calificación?
Brendan Mcdermid.
Las asociaciones bancarias de Rusia podrían desvincularse de las agencias internacionales de calificación de riesgo tras determinar que el sistema de evaluación de varias de ellas es poco objetivo. La historia de las mismas evidencia su parcialidad.
Standard and Poors, Moody’s y Fitch son tres agencias calificadoras internacionales que controlan el 90% del mercado global. Su tarea es evaluar los riesgos económicos de los países, prever impagos de las compañías e instituciones y analizar su potencial financiero. Sin embargo, esta especie de monopolio de clasificaciones está despertando cada vez más dudas sobre su imparcialidad y la historia no hace nada más que incrementarlas.
De Asia a América Latina
En 1997 las inversiones extranjeras guiadas por las buenas previsiones fluían hacia la región asiática hasta que la crisis golpeó esta zona. Un año después, la recesión tocó la puerta de Rusia. La población desconfió de los bancos y el rublo perdió drásticamente su valor. Pocos años más tarde, la crisis cruzó el atlántico atacando a Argentina y luego a Uruguay. Como en los primeros casos, nadie podía imaginar ese gran golpe económico. Y es que las calificadoras bajaron los 'ratings' de estos países sólo después del inicio de la recesión. Además, la revisión de los índices espantó a los inversores extranjeros obstaculizando la recuperación de las economías.
El caso de Lehman Brothers
Una situación parecida se ha reproducido en las crisis más recientes. En 2008, uno de los mayores bancos estadounidenses, Lehman Brothers, tenía una nota de clasificación de AA: una de las mejores en el sistema de evaluación. Sin embargo, pese al pronóstico de Standart and Poors, se declaró en bancarrota. Sus inversores se sintieron engañados por las calificadoras: habían perdido todo su dinero al confiar en sus previsiones. La inesperada quiebra de Lehman Brothers es considerada una de las principales causas de la crisis que ha sacudido prácticamente a todo el planeta. Las autoridades estadounidenses exigieron a la compañía 5.000 millones de dólares por este error de cálculo.
Los métodos que utilizan las tres grandes agencias calificadoras también generaron una gran preocupación en Europa. Así, los altos cargos europeos, cansados de aceptar las notas de las agencias a ciegas, exigieron que estas entregaran la documentación que justificase su actividad.
Y es que al bajar las previsiones para países o diferentes regiones, Standart and Poors también ha cometido errores. En 2011, por ejemplo, redujo el 'rating' de Francia por un fallo técnico. Un año más tarde, Australia demostró mediante la vía judicial que la agencia había engañado a los inversores de 12 ciudades, elevando su nota y causando después unas pérdidas de 28 millones de dólares.
Según el presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, Julio César Gambina, estas calificaciones no están basadas en trabajos profesionales, independientes, serios o autónomos.
También en Crimea
Uno de los casos más recientes es el de Crimea. La península se reunificó con Rusia, lo que provocó que Standart and Poors bajara su 'rating' augurando un oscuro futuro económico. Tras la decisión de la agencia calificadora, las reacciones no tardaron en llegar: desde Crimea se afirmó que se trataba de una guerra mediática impulsada por EE.UU. y de hecho, poco después este pronóstico era revocado.
"Las calificadoras de riesgo juegan, sin lugar a dudas, políticamente, económicamente y financieramente, en el sentido que pretende el poder económico mundial, especialmente EE.UU. y las grandes corporaciones transnacionales", afirma el experto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario