viernes, 17 de octubre de 2014

Desde hace 7 años las esperan en casa

Si no están ellas nos falta una parte importante de nuestro corazón y, por lo tanto, no estamos todas, dice su prima Patricia Briseño/ Corresponsal-EXCELSIOR.
A raíz de la búsqueda de sus dos primas, Emelia Ortiz García es gestora de las mujeres triquis, debido a su vulnerabilidad en la zona. OAXAC, Oax.— A siete años de la desaparición de Daniela y Virginia, a la edad de 20 y 14 años, sus familiares mantienen viva la esperanza de que volverán a casa: “Mi sueño es volver a verlas pronto, porque si no están ellas nos falta una parte importante de nuestro corazón y por lo tanto no estamos todas”, asegura Emelía Ortiz García, prima de ambas. Las hermanas Ortiz Ramírez desaparecieron el 5 de julio de 2007 de San Juan Copala, en el trayecto que va a Santiago Juxtlahuaca en la zona indígena triqui. Virginia, con 20 años, profesora de educación primaria bilingüe; Daniela, estudiante, tenía 14 años. Antonia, su madre, se despidió de ellas mientras abordaban un taxi. Nunca más las volvió a ver. Días después, doña Antonia Ramírez Cruz y Emelia —madre y prima de las jóvenes— interpusieron la denuncia por desaparición forzada ante el Ministerio Público, pero éste prefirió consignar la averiguación por “secuestro”. El entonces procurador de Justicia, Evencio Nicolás Martínez Ramírez, les respondió con un sarcástico “no voy a arriesgar a mis agentes para buscarlas”. El comentario del fiscal se sustentó en la continúa confrontación armada entre tres organizaciones desde el siglo pasado, cuando en 1948 las autoridades decidieron desaparecer el municipio de San Juan Copala, y las comunidades se dividieron. La familia se trasladó entonces a la Ciudad de México en enero de 2008 y presentó la queja correspondiente ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Meses más tarde este organismo notificó a la madre de las triquis “que la queja no tenía materia”. Los ataques sexuales, asesinatos y desapariciones de mujeres han sido la dolorosa característica de la pugna que subyace en la zona, asentada en la región Mixteca. Con ciertos lapsos de calma pero regresa. Emelia, convertida en gestora de las mujeres triquis, refiere: “Las mujeres en la zona de conflicto son las más vulnerables por ser mujeres y por ser indígenas”. Las jóvenes indígenas triquis Daniela y Virginia Ortiz Ramírez cumplieron siete años de desaparecidas. Los esfuerzos de sus familiares para que las autoridades investiguen han sido en vano. A pesar de que el Poder Judicial determinó auto de formal prisión en contra de dos hombres ninguno aportó información acerca de los lugares donde localizar a las mujeres. A través de la campaña permanente “Si no están ellas, no estamos todas”, la tenacidad de los familiares de Daniela y Virginia hicieron posible hacerse escuchar por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) durante el periodo extraordinario de sesiones, celebrado en agosto. En el foro Emelia demandó la atención de la Organización de los Estados Americanos para resumirles siete años de incertidumbre y desasosiego por la desaparición de las jóvenes triquis e integrantes del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT).

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