martes, 14 de octubre de 2014

Sandoval Íñiguez: quisieron matarme

El cardenal emérito acusa que, en 1999, le dieron tequila envenenado en casa de Labastida De la Redacción / Foto: David Hernández, EXCELSIOR.
Sandoval Íñiguez sostuvo que “la raíz de muchos males es la corrupción, pues produce ineficacia en las instituciones”. El cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, denunció ayer que en 1999 intentaron envenenarlo en la casa del entonces secretario de Gobernación, Francisco Labastida, cuando éste era candidato a la Presidencia de la República. El tequila me lo dieron en casa de Labastida cuando era candidato. Él no estaba ahí. Fue el pretexto, que íbamos a saludar al candidato a la Presidencia junto con unos funcionarios de la Secretaría de Gobernación de segundo y tercer nivel, y ahí nos ofrecieron un tequila servido y no me lo tomé todo.” En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, dijo que ese intento de envenenamiento se debió a que “yo estaba reclamando la verdad sobre el cardenal Posadas”. Comentó que no tomó todo el tequila que le dieron, pero el daño que le causó le provocó una trombosis, por lo que fue intervenido de urgencia y le extrajeron metro y medio de intestino. Sobre la investigación del caso comentó: “Se hizo y no se hizo, porque los tribunales donde se juzgó el hecho estuvieron en manos de gente que estaba casada con la hipótesis de la confusión (en el asesinado del cardenal Posadas), y todo lo demás se desechó”. Sobre el documento del Sínodo Mundial de las Familias que contiene admisiones sin precedentes de las familias católicas como parejas en concubinato, homosexuales y divorciados, comentó que esperará a que llegue el documento firmado por el Papa Francisco. Si trae la autoridad del Papa, vale para la Iglesia, mientras no venga esa carta firmada por el Papa es como echarle rayas al agua”. Comentó que leyó el documento que hace referencia a que los homosexuales tienen “dones y atributos para ofrecer a la comunidad cristiana”. Es una apertura en el sentido de la comprensión, de la misericordia, pero no en el sentido de cambiar la doctrina y los principios morales, eso no. Comprensión sí, tratar con suma caridad y respeto a todo mundo respetándoles sus opciones. El matrimonio como lo hizo Dios es del hombre y de la mujer”, sostuvo.

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