lunes, 13 de abril de 2015
Se triplican las denuncias por medicinas falsas desde 2012
LA CRÓNICA El 75 por ciento de las denuncias ante la PGR por circulación de medicamento falso o adulterado en el país han sido presentadas en el presente sexenio.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha promovido en total 80 querellas, 60 de las cuales son de diciembre de 2012 a la fecha, según datos entregados a Crónica por el área de Vigilancia Sanitaria.
¿Acaso el mercado mexicano de salud ha sido invadido por medicamento apócrifo?... Pacientes y voces dentro de las industrias farmacéutica y de fabricación de medicamentos hablan con alarma, mientras las autoridades niegan un repunte o prefieren el silencio… Como la Secretaría de Salud, para la cual nada pasa.
“Es un problema muy serio de salud pública que afecta a personas e industria. Un producto falsificado anula el efecto terapéutico y provoca reacciones adversas, incluso la muerte; se pierde la confianza, se desalienta la compra y la investigación. La industria ve afectadas sus ventas e imagen”, dice Héctor Bolaños, Director Ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Medicamentos de Libre Acceso, la cual representa el 35 por ciento del mercado.
En foros sobre combate al mercado ilegal, la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) ha referido que México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en venta de medicamentos falsificados, un problema que tiene como víctimas potenciales a 8 millones de consumidores.
¿Medicamentos falsificados? “Hemos conocido casos en que los llenan de almidón, que es inocuo, pero algunas colegas compartieron el caso de cápsulas llenas de cemento, que generaría la intoxicación y muerte de muchas personas”, alude Bolaños.
En un reporte sobre el tema, el laboratorio Pfizer describió haber encontrado, en un lote falso de pastillas para la disfunción eréctil: pintura industrial, tinta de impresora, cera para suelos, anfetaminas, cafeína, polvo de talco y betún.
En otros análisis descubrió el principio activo en su mínima expresión, insuficiente para causar el efecto deseado, o sustancias usadas para otros medicamentos. Además azúcar, sicotrópicos e hipnóticos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre medicinas contaminadas con tóxicos, como arsénico y raticidas.
Según el doctor Emilio Montes Núñez, quien ha investigado el tema en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la UNAM, nuestro país es susceptible a este tráfico fraudulento por el alto precio de medicamentos y el desabasto en las instituciones oficiales de salud:
“El elevado costo de los productos ha generado un mercado negro que busca abaratarlos, aunque no funcionen. Las patentes de los laboratorios duran entre 10 y 15 años, lo cual impide tenerlos a precios más accesibles en este periodo de tiempo”.
“El otro factor es que mientras las instituciones del estado no cubran al 100 por ciento las necesidades de la población, es imposible cerrar la puerta a la piratería y el comercio ilícito. El desabasto es una mina de oro para pillos dedicados al engaño”.
Don José Juan Bermúdez, derechohabiente del ISSSTE, cuenta que si los medicamentos requeridos no están en las farmacias del sistema de salud, los pacientes tienen tres caminos para afectar lo menos posible su bolsillo: buscarlos en tianguis o puestos callejeros, en Internet o en redes clandestinas que se han multiplicado en los últimos años.
SEDANTES. ¿Un tranquilizante, un barbitúrico?, ¿qué necesitas? –pregunta sin reparo el hombre calvo, agobiado desde temprana hora por achacosos, hipocondriacos y hasta adictos. Ha dispuesto para ellos un diccionario de especialidades médicas, para cualquier duda.
En su puesto ardiente, quizá cuatro o cinco metros, lucen atiborrados frascos, cajas, cápsulas, pastillas, comprimidos, pomadas, inhaladores e inyectables. Unos aplastados, otros sueltos. Unos patentados, otros con la leyenda “para uso exclusivo del sector salud”.
—¿O buscas algo más light: Pasiflorum? –insiste, cigarrillo en mano, mientras decenas de susurros se cruzan en el tianguis de San Felipe de Jesús, delegación Gustavo A. Madero.
—¡Busco Busulfán! –es el enganche.
—Tengo poco para el cáncer. Sólo Ifosfamida. El Busulfán se me acabó ayer, pero tengo un cuate en el tianguis de Las Torres que te lo puede conseguir.
—¿Las Torres?
—Sí, Periférico Oriente y Eje 6.
—¿Y a cuánto?
—Lo ves con él, pero ya sabes que nosotros puro buen trato. O ve a La Raza.
—¿El Hospital?
—Ahí en los alrededores todo se consigue…
ATRACTIVO. ¿Quién está detrás de esta falsificación? –se cuestiona a Luis Calderón, presidente de la AMIIF.
—El crimen organizado, pero no hay una cara visible a quien apuntar.
“Son bandas internacionales, se habla de que son las mismas que trafican con droga”, completa Bolaños, de Afamela.
—Entonces es un negocio jugoso…
—Deja muchos dividendos, porque la falsificación se dirige a productos caros. Si cuesta 100, por ejemplo, te lo ofrecen a 20, y ese 20 a ellos les salió en nada, pues usan ingredientes inactivos o incipientes.
En el documento ya citado, Pfizer acusa: “Adquirir medicamentos no regulados es financiar actividades de gente indeseable: desde la mafia rusa hasta cárteles de la droga mexicanos. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que los fármacos falsificados e ilegales suponen un beneficio potencial del 2 mil por ciento, unas 10 veces superior a los beneficios obtenidos del tráfico de heroína”.
El Código Penal Federal mexicano establece prisión de 10 a 25 años a quien produzca, transporte, trafique, comercie, suministre o prescriba droga o narcóticos, mientras que la Ley General de Salud estipula de uno a nueve años de prisión a quien falsifique o adultere envases, empaques o etiquetados de medicamentos, o a quien comercie o transporte fármacos, materias primas o aditivos alterados.
Apenas el mes pasado se adicionó una fracción para aplicar la misma sanción a quien venda muestras médicas, otro problema fuera de control.
—¿Y el trabajo del Ministerio Público ha hado resultados? –se cuestiona a Álvaro Pérez, Comisionado de Vigilancia Sanitaria de la Cofepris.
—Sí ha habido detenciones, pero por sigilo propio de las investigaciones no es posible dar mayores datos.
Los males más atractivos para cometer fraudes con medicamentos son, además de disfunción eréctil, impotencia sexual, diabetes, sobrepeso, cáncer, VIH, deficiencias hormonales y afecciones cardiovasculares.
Los mejores falsificados, dicen los actores, vienen de China. También se apunta a Estados Unidos, India, Rusia, Jordania y Colombia, pero aquí en México, más allá de los números, hay historias que contar…
Problema mundial
Los medicamentos falsificados son productos deliberada y fraudulentamente producidos y/o mal etiquetados con respecto a su identidad y/u origen, para aparentar la originalidad del producto.
*Las consecuencias de su uso son el fracaso terapéutico o, incluso, la muerte.
*Se realizan falsificaciones tanto de medicamentos de marca registrada como de genéricos.
*Se han detectado falsificaciones de todo tipo de medicamentos, desde los que se usan para tratar enfermedades que ponen en peligro la vida, hasta analgésicos y antihistamínicos genéricos de bajo precio.
Fuente: OMS
Los datos
Notificaciones por reacciones adversas a medicamentos e insumos para la salud
2010: 18,412
2011: 19,495
2012: 22,339
2013: 35,386
2014: 26,000 (hasta octubre)
*Fuente: Cofepris
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario