sábado, 16 de enero de 2016
El lenguaje es un instrumento de sobrevivencia: Rosa Beltrán
LA CRÓNICA Reflexionar sobre el concepto de obra clásica literaria y destacar la importancia de los llamados géneros menores, son algunas de las tareas que tiene proyectadas Rosa Beltrán al ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua (AML).
Será el próximo 28 de enero cuando la escritora lea su discurso de ingreso a dicha institución como académica de número en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas, el cual será respondido por Gonzalo Celorio.
En entrevista con Crónica, la autora de La corte de los ilusos señala que entre sus tareas urgentes en las sesiones de la AML, está la discusión sobre la literatura y los lenguajes contemporáneos, en la cual se incluye la revisión a las obras clásicas.
“Un clásico no es una obra que goce de ciertos méritos imperecederos; es más bien un mecanismo que depende de la lectura que cualquier persona haga de manera anónima desde su biblioteca, por tanto la realización de éstas es una de las funciones que tenemos como críticos”, detalló Beltrán.
En este sentido, destacó que su ingreso a la academia le permitirá llevar a la mesa de discusión obras que si bien pueden ser muy leídas, no gozan del suficiente reconocimiento o estudio analítico por parte de los especialistas.
“Todo esto obedece a los nuevos modos de leer un libro y que dan paso a que un clásico adopte las virtudes a través de esas lecturas que se hacen desde lo íntimo de cada lector”, señaló la directora de Literatura en la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esta revisión representa para la autora de El paraíso que fuimos, una tarea muy grande, porque dice que el lenguaje registra nuestros modos de interpretar el mundo y de sentirlo, mismos que deben verse en las nuevas creaciones literarias.
“El lenguaje no es un ente fijo, está vivo y en constante transmutación; es un instrumento de sobrevivencia, en el que encontramos el registro de los cambios que ha sufrido conforme el paso del tiempo”, agregó.
CONSIGNAR Y REGISTRAR USOS. Entre las reflexiones que para Rosa Beltrán urgen hacerse desde la AML está la que tiene que ver con el número de hablantes en América Latina, que cada vez son más y cuyos lenguajes deben ser registrados.
“Somos más de este lado del continente, si sumamos a los hablantes de español en la frontera con Estados Unidos y ciudades como Los Ángeles (…) es necesario consignar esos usos y registrar esas formas que tienen que ver con modificaciones y adaptaciones al lenguaje ”, explica Beltrán.
Asimismo, meterse a la literatura y ver cuáles obras están actualmente cambiando los cánones establecidos, son parte de las reflexiones y tareas a emprender por parte de los críticos y estudiosos de la lengua española, opina la escritora.
Otro de los temas que destaca entre sus intereses a debatir con los miembros de la institución es el cuestionamiento por los llamados géneros menores.
“Creo que es importante destacar que no hay géneros ni buenos ni malos, simplemente hay literatura o no la hay, es por eso que por ejemplo la crónica es uno de esos géneros a los que hay que dar apertura”, ejemplifica.
OPORTUNIDAD PARA APORTAR. Desde 2014 Rosa Beltrán fue elegida para ocupar la silla número XXXVI en la AML; sin embargo, debido a un protocolo interno la ceremonia de ingreso se da hasta este 2016, en un nombramiento precedido por el director Jaime Labastida.
Beltrán comenta: “Estar en la academia es una oportunidad de escuchar y compartir con los miembros de la AML sobre los problemas, curiosidades e inquietudes en torno a las obras (…) significará aportar y abonar a esta institución”.
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