sábado, 12 de mayo de 2018

Vislumbran elecciones en Edoméx cargadas de violencia

• Asimismo, estiman indefinidad de posibilidades, que grupos de malosos penetren en las subsecuentes etapas del proceso, campañas y jornada electoral.

Por Mario Ruiz Hernández
VALLE DE MÉXICO., a 12 de mayo del 2018.-En la radiografía del momento en materia de seguridad, en verdad que estamos sumamente mal.
Municipios de esta región del estado de México, y otras del sur, no deja de sorprender el nivel del crimen que se ha alcanzado.
Es real y pese a que la autoridad electoral (IEEM), ha venido minimizando la magnitud del asunto y desmeritar que la renuncia de diversos candidatos se deba a los grados de delincuencia que le asisten al territorio mexiquense, ciertamente la cartografía del crimen en la entidad es cruel.
La verdad que es innegable los elevados índices del delito en todas y cada una de sus modalidades, y prevalecen lugares que incluso, dan pánico pasar y/o asentarse por un rato.
Tenemos que comunicarlo de los presuntos municipios ocupados, y en donde pocos postulantes a los distintos cargos de elección popular, quizá puedan operar sus campañas y la elección.
Francamente que hay sitios que no hay condiciones para nada, y es para nada.
En la ZMVM, encontramos las demarcaciones y ciudades que se ubican en los primeros lugares del delito a nivel nacional, y de ellos destacan Ecatepec, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, entre otros.
Decirlo a como es, hay demasiado temor dentro de indefinidad de posibilidades, que los grupos del crimen organizado penetren las instancias políticas.
Lo anterior, para comprar impunidad mediante el financiamiento de campañas, en una combinación entre cultura de corrupción, y de fallas en la fiscalización de la autoridad electoral.
En ese sentido, y que no es privativo entre las diferentes opciones políticas de manifestar la “tentación”, hasta llegar a compartir el poder y “presumiblemente garantizar la plaza”.
Hoy, estamos en un escenario justamente de esta rara mezcla, y no es menor el miedo que se percibe a consecuencia de ese y otros supuestos.
Hablar también claro, las etapas que vienen del proceso, campaña y jornada electoral a cargos locales, pronostican de intensa “guerra territorial”, con elevados márgenes de violencia.
Lo confirmamos, alguien o todos ya dividieron a la gente, a México con esos discursos de doble moral o en la retórica de la inversa, y pretender pasar de victimario a víctima para “no soltar al tigre”.
Cabe referir, que desde el pasado 8 de septiembre el escenario México, cuando arrancó el proceso electoral, 79 políticos han sido asesinados en el país hasta el 8 de abril, convirtiendo los comicios del 1 de julio no solo en los más grandes de la historia de la nación, porque se elegirán más de 3.400 cargos públicos, sino también en los más violentos, da cuenta un informe sobre violencia.
De ellos, 20 eran precandidatos, 14 ex alcaldes, 13 regidores, 10 militantes, 8 alcaldes, 6 dirigentes partidistas, dos ex regidores, un candidato, un diputado local, un ex síndico, un síndico y un ex diputado federal-66 % de los casos- ocurrieron en la precampaña electoral y la intercampaña, del 14 de diciembre al 29 de marzo, porque en este periodo, los aspirantes apenas recibían protección.
Los registros de violencia contra los políticos se concentró especialmente en cinco estados: Guerrero (18), Oaxaca (13), Puebla (9), Veracruz (8) y Estado de México (6).
De los casi 80 casos, 29 muertos eran del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), 16 del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), 8 del conservador Partido Acción Nacional (PAN), 5 de Movimiento Ciudadano y 5 de morena, hasta el último ayer, 11 de mayo del partido de AMLO, en Apaseo el Alto, Guanajuato, José Remedios Aguirre.

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