• Fracasó a como lo aprecien, el mandato del ex alcalde Olvera, dejando una localidad en ruinas, deuda, alta inseguridad y opacidad en el manejo de las finanzas públicas.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 7 de diciembre del 2018.- A la conclusión del mandato Constitucional de la denominada “Ciudad con Vida”, es importante el análisis de quiénes la administraron.
En ese sentido, el evaluar el Naucalpan del ex alcalde, Edgar Armando Olvera Higuera, y el del munícipe sustituto, Víctor Hugo Gálvez Astorga, es decir, el antes y el después de uno y el otro.
Pareciera y por los resultados, que en un mismo ejercicio de gobierno, tenemos dos métodos o formas de dirigir los destinos de una Hacienda, y hay que decirlo- “desmadrada” o en total caos-
Evidentemente, que la gerencia de Olvera, se caracterizó por las frivolidades, la opacidad en el manejo irresponsable de los dineros públicos, y sobre todo, la completa omisión.
La deuda si heredada, y la acumulada no es para nada menor, y tenemos una serie de inconsistencias incluso, observadas por el Órgano Superior de Fiscalización (Osfem).
En el tema de la estructura orgánica, esa de mando de funcionarios municipales una desproporcionalidad y duplicidad en las funciones, facultades y atribuciones.
Asimismo y grave, elevados salarios, nóminas complementarias que llevaron a la administración a alcanzar al menos en el capítulo 1000, que son servicios personales, rondar entre el 45 o 50 % del presupuesto anual.
Por otra parte, la falta de obra pública y manteniendo a la infraestructura urbana, más allá de los relumbrones y que todavía se deben, de Parques Lineales como por ejemplo: “Las Marinas”.
El asunto de la inseguridad en el gobierno de “Albertano Olvera”, insostenible e insuperable, su periodo, el más violento, mayores homicidios, femenicidios y robos a cuentahabientes, casa-habitación, automóviles y llantas, en tanto de nombrar a tres comisarios en 2 años 8 meses.
De igual manera, la brutal especulación del suelo urbano, la violación completa a las densidades, usos del suelo, “clonación de prediales y catastro”, y precursor del aumento del comercio en la vía pública, al menos en el primer cuadro de la Ciudad-San Bartolo-
Aunado, a facilitar el éxito a empresas inmobiliarias y favorecer la saturación urbana en Lomas Verdes IV y VI sección, Praderas y Tecamachalco, entre otros polígonos.
Apostar por la progresión de numerosas plazas comerciales unas dentro de otras y enajenar casi Naucalpan a las grandes oligarquías, pandillas o mafias empresariales en una asociación perversa.
Así también el ser omiso a la deuda pública y privada, perder la mayor parte de juicios labores y laudos, los cuales superan los más Un mil 500 mdp. Olvera si dejó pasivo, Gálvez No.
Gálvez, lamentablemente es el receptor de la brutal irresponsabilidad, “el pagano del presunto saqueo”, las discordias y del alarmante débito documentado a resolverse a muy largo plazo.
Las consecuencias fatales y que tendrá irremediablemente su daño colateral, a la administración de la alcaldesa electa, Patricia Elisa Durán Reveles, que en verdad, la tiene complicadísima.
NAUCALPAN Méx., a 7 de diciembre del 2018.- A la conclusión del mandato Constitucional de la denominada “Ciudad con Vida”, es importante el análisis de quiénes la administraron.
En ese sentido, el evaluar el Naucalpan del ex alcalde, Edgar Armando Olvera Higuera, y el del munícipe sustituto, Víctor Hugo Gálvez Astorga, es decir, el antes y el después de uno y el otro.
Pareciera y por los resultados, que en un mismo ejercicio de gobierno, tenemos dos métodos o formas de dirigir los destinos de una Hacienda, y hay que decirlo- “desmadrada” o en total caos-
Evidentemente, que la gerencia de Olvera, se caracterizó por las frivolidades, la opacidad en el manejo irresponsable de los dineros públicos, y sobre todo, la completa omisión.
La deuda si heredada, y la acumulada no es para nada menor, y tenemos una serie de inconsistencias incluso, observadas por el Órgano Superior de Fiscalización (Osfem).
En el tema de la estructura orgánica, esa de mando de funcionarios municipales una desproporcionalidad y duplicidad en las funciones, facultades y atribuciones.
Asimismo y grave, elevados salarios, nóminas complementarias que llevaron a la administración a alcanzar al menos en el capítulo 1000, que son servicios personales, rondar entre el 45 o 50 % del presupuesto anual.
Por otra parte, la falta de obra pública y manteniendo a la infraestructura urbana, más allá de los relumbrones y que todavía se deben, de Parques Lineales como por ejemplo: “Las Marinas”.
El asunto de la inseguridad en el gobierno de “Albertano Olvera”, insostenible e insuperable, su periodo, el más violento, mayores homicidios, femenicidios y robos a cuentahabientes, casa-habitación, automóviles y llantas, en tanto de nombrar a tres comisarios en 2 años 8 meses.
De igual manera, la brutal especulación del suelo urbano, la violación completa a las densidades, usos del suelo, “clonación de prediales y catastro”, y precursor del aumento del comercio en la vía pública, al menos en el primer cuadro de la Ciudad-San Bartolo-
Aunado, a facilitar el éxito a empresas inmobiliarias y favorecer la saturación urbana en Lomas Verdes IV y VI sección, Praderas y Tecamachalco, entre otros polígonos.
Apostar por la progresión de numerosas plazas comerciales unas dentro de otras y enajenar casi Naucalpan a las grandes oligarquías, pandillas o mafias empresariales en una asociación perversa.
Así también el ser omiso a la deuda pública y privada, perder la mayor parte de juicios labores y laudos, los cuales superan los más Un mil 500 mdp. Olvera si dejó pasivo, Gálvez No.
Gálvez, lamentablemente es el receptor de la brutal irresponsabilidad, “el pagano del presunto saqueo”, las discordias y del alarmante débito documentado a resolverse a muy largo plazo.
Las consecuencias fatales y que tendrá irremediablemente su daño colateral, a la administración de la alcaldesa electa, Patricia Elisa Durán Reveles, que en verdad, la tiene complicadísima.
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