• Sigue con las mismas prácticas arcaicas de “La No Democracia interna” y es exhibido en Naucalpan en el actual proceso de reelección de los órganos de dirección municipal y estatal.
Por Mario Ruiz HernándezVALLE DE MÉXICO., a 22 de noviembre del 2019.-Aún y cuando es un hecho que la señora Alejandra Del Moral Vela, presida nuevamente el PRI en el Edomex, malos pero malos augurios se tienen.
El tricolor se encuentra en un brutal “estado de coma”, y lo reflejan sus últimos números en las elecciones constitucionales, y al parecer como cualquier otro partido emergente, ira a contender por la supervivencia política.
En verdad que no hay escenarios favorables o diseños positivos del mañana, son más fuertes sus debilidades hoy por hoy, que sus fortalezas.
Nadie de buena consciencia o sano juicio, cree en el PRI-Ya NO- lo miran como sinónimo de impunidad y corrupción, en donde ha sido formada una perversa clase política de élite.
En el tiempo, los ajustó el maridaje entre sus grupos de poder; la disciplina, “el dedazo”, “los amores perros” y “las traiciones internas”, contra sus iguales, contra sus pares.
Hoy, la realidad no es tan distante, están perdidos y siguen con las mismas “marranadas y/o mapachadas” para fregar al otro, al supuesto “compañero de partido o de sector”.
El PRI del “gobernador o presidente municipal en su turno”, ese que jamás cuidó “la sana distancia” y postuló a cargos de elección popular y de partido, preferentemente a los “amantes y a las novias”
Un PRI fenecido, de pena ajena que mantiene a los que lo “desmadraron”, a los que pusieron en los estadísticos altos números de fracaso y todavía posibilitaron la reelección.
Imaginar a aquellos históricos cuadros de enorme calado, que nada y para nada, ni siquiera aproximar con lo que hay, y seguro con las dos últimas dirigencias en el Edomex a la señora soberbia, versus humildad, y con lo que realmente representa la trayectoria y el liderazgo.
Por otra parte, el discurso de sus glorias del pasado tampoco convencen de lo que fueron, frente a una mutación de la cosa pública. Hablar de Unidad en el PRI, “es de poca madre, de risa”.
El PRI igual, no entendió y sigue sin entender que hay que darle poder a la militancia, a la gente de trabajo en las comunidades, a las personas que mueren por el partido y tienen toda una vida de lucha.
Reiterar la no democracia interna, “disfrazarla o simularla” ante un nuevo México y ahí está el sustento en la renovación del Comité Municipal de Naucalpan, que da revés a la imposición.
El extremo, la legítima defensa de Gustavo Parra, aspirante a dirigir el PRI local, en el que el propio Tribunal del Edomex (TEEM), le da la razón, en esta gran exhibida y que al final, “no pasó nada”.
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