• Que comunicar de tal figura que trasciende culturas y fronteras, porque su naturaleza se impone a cualquier otra consideración y en lo sublime. “Hasta donde estés Lolita”, Amén.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 10 de mayo del 2021.- De las fechas y celebraciones colectivas que trascienden en la vida misma, es sin duda alguna “El 10 de Mayo y/o El Día de las Madres”.
Creo es lo más sublime de la existencia, debido a que son ellas las que precisamente dan vida, ahora y en la reflexión, en este mundo deshumanizado en el que imposible es creer, la muerte a féminas.
Claro que sí, y tenemos que rememorar y al mismo tiempo reconocer a la Madre Trabajadora, a la Madre servidora pública; policía, bombera, barrendera, secretaria, o de cualquier otro ramo del saber
“MADRE”, es una palabra de tal grandeza, que nadie puede minimizar por el alto significado que representa para uno y para todos.
Es la Madre, sí, es “La Madre Patria o Madre Revolución”, a la alegoría de mi querido Silvio Rodríguez, y de otros pensadores, románticos y soñadores, quienes nos comparten los uno y sus bastos momentos de inspiración dedicados de alguna manera, a la Madre, a “La Madre Tierra, o La Madre Teresa de Calcuta”.
Las expresiones y las otras visiones de ver la maternidad, la de la madre desapegada, la que busca su propio destino e ignoran a sus hijos para entregarse a la pasión amorosa entorno a la cual giran sus vidas.
Con matices distintos, pero también poniendo de manifiesto este rechazo, que incluso lo sienten como la pérdida del propio yo.
Sin embargo, y en ocasiones, la maternidad es sinónimo de autoridad e indudablemente que el experto en retratar madres frías, despóticas y algo cruel era Federico García Lorca.
Bernarda Alba y la madre de Bodas de sangre serían la mejor muestra. Ambas se encuentran extremadamente arraigadas a una tradición que sitúa el “qué dirán” como prioridad.
Ahora, todavía lo hay, y en menor medida, en muchas partes de este mundo y especialmente en la literatura, tampoco se encuentran las madres perfectas.
En definitiva, la literatura también reserva tantos perfiles como formas de vivir esta experiencia universal y compleja que es la maternidad.
Dicen que el amor de madre es el único incondicional, de por vida. Y al fin y al cabo, un amor tan intenso siempre es un buen punto de partida para una iniciar una historia.
No obstante la historia de hoy, es la tuya o quizá la mía, la de tú semejante una que mantienen la fuerza o su tragedia; y que Ni tampoco Santas, Ni perfectas.
En la rigurosa y cruel interpretación de las convenciones sociales que desencadena, pueden llegar a la tiranía y ya decíamos a la tragedia.
Que comentar que la figura de la madre trasciende culturas y fronteras, porque su naturaleza se impone a cualquier otra consideración.
Madres santificadas, idolatradas, madres reverenciadas, cuyo amor por sus hijos es indescifrable, pero bueno, cada día cual con su madre, y cada quien como yo, que supe amar a la mía. “Hasta donde estés Lolita”, Amén.
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