• La diputada Ortega Pacheco (MC) propuso reformar Ley General de Educación.
• La economía rige casi todos los aspectos cotidianos, por lo que las finanzas sanas resultan ser un imperativo.
Con el objetivo de incorporar la educación financiera en los planes y programas de estudio que impartan el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial, de acuerdo al tipo y nivel educativo, la diputada Ivonne Aracelly Ortega Pacheco (MC) presentó una iniciativa de reformas a la Ley General de Educación.
Plantea que el Sistema Educativo Nacional considere el conocimiento financiero a través de herramientas, información e instrucción, que permita a las y los alumnos comprender conceptos, productos, servicios, riesgos y beneficios financieros, a efecto de que puedan tomar decisiones informadas para mejorar su calidad de vida e impulsar su desarrollo.
La propuesta que modifica los artículos 18 y 30 de dicha ley, turnada a la Comisión de Educación, argumenta que en nuestro país, la sola noción de la educación financiera suena tan ajena y remota que es casi imposible percibir la enorme importancia que implica su enseñanza desde una temprana edad en nuestras vidas.
Destaca que la economía rige casi todos los aspectos cotidianos, por lo que las finanzas sanas resultan ser un imperativo para una sociedad que procura su propio bienestar.
Refiere que, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUCEF), 62 de cada 100 mexicanos carece de educación en la materia, lo que se puede interpretar como tener malos hábitos al momento de utilizar productos y servicios financieros, además de un desconocimiento de nuestros derechos y obligaciones frente a las instituciones financieras.
Menciona que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) apunta que “la educación social y financiera para la infancia (ESFI), tiene como objetivo inspirar a los niños a ser ciudadanos social y económicamente responsables y empoderados. Para lograrlo, hay que dotarles de los conocimientos necesarios que les permitan convertirse en agentes activos, capaces de transformar las comunidades en las que viven.
Conectar a las niñas, niños y adolescentes con los proveedores de servicios financieros a una edad temprana, les permite conocer el papel que estas instituciones desempeñan en la sociedad. Además, son un componente importante en la transición de la niñez a la edad adulta y a la formación de ciudadanos financieramente responsables”, agrega.
Indica que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha recomendado la educación financiera en las escuelas como parte de la currícula, considerando que es necesario generar hábitos responsables y duraderos en las personas, como parte de una estrategia nacional que establezca un marco de aprendizaje con objetivos, contenidos, métodos pedagógicos, recursos y planes de evaluación coordinada para asegurar la relevancia y la sostenibilidad a largo plazo.
Estima que los beneficios de la educación financiera se traducen en una mejor calidad de vida y oportunidades de desarrollo, tanto para las personas como para las economías local y nacional, así como para mejorar el desempeño y la responsabilidad de las instituciones financieras, ya que existirá una nueva generación de usuarios más informados y por lo tanto más exigentes del respeto a sus derechos.
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