• Hoy la realidad es otra en esa parte, y ni como reiniciar o recuperar vamos, “el barrio, la cuadra”, y “la manzana” que, en el tiempo, ha sufrido la falta de mantenimiento, las obras y los servicios.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., julio del 2022.- Naucalpan evidentemente
que tiene que transformarse en diversos ordenes, y no sólo en el tema de
construir la Nueva ciudad, sino también en la zona emergente.
En ello, y por aquello de orientar la mutación a tan solo
una parte de la geografía municipal, en aquella en que la presunción es
factible, amigable, resilente, incluyente y sustentable.
La verdad, que habrá que lograr de la misma manera, el
cambio de imagen urbana en esas áreas de mayor densidad poblacional, y en donde
diariamente hay una historia de todo tipo que compartir.
Referir y que, a más de cuatro décadas de la asunción de las
colonias populares, de esa cimentación a “pico y pala”, y en la ejecución hecha
a mano, con sus notables Ejércitos del Trabajo en los años 70’s, y la
extraordinaria participación comunitaria, y después, ya nada importante que
haya memoria.
Efectivamente, Naucalpan se colapsó, las colonias crecieron
y crecieron sin rumbo y sin orden y donde pudieron progresaron lo hicieron.
Hoy la realidad es otra en esa parte, y ni como reiniciar o
recuperar vamos, “el barrio, la cuadra”, y “la manzana” que, en el tiempo, ha
sufrido la falta de mantenimiento, las obras y los servicios.
La agenda de pendiente es dimensional, todavía y parece
mentira, miles de familias no cuentan con el patrimonio de sus bienes, no tiene
certeza jurídica desde hace muchos años atrás.
El déficit, alrededor o quizá más de 80 mil predios sin
regularizar de todo tamaño, y que es necesario legalizar, normar y ordenar, al
margen de los graves daños que existen en la infraestructura urbana.
De igual manera, en el cúmulo de rezagos en el mantenimiento
de las superficies de rodamientos, los baches y hoyancos están por numerosos
perímetros, en sus vialidades, avenidas y decía en “la cuadra”.
Aunado y hay que sumar, en estos y otros momentos la falta
de agua potable, electrificación, y no es menor, la ocupación de los espacios
públicos por la delincuencia.
Las pocas áreas verdes fueron “devoradas” por completo y
alguna aun manifiestan fuertes resistencias y que son apoyadas por grupos de la
sociedad organizada, colectivo y ambientalistas.
Resaltar que, una gran extensión de las colonias populares
sobrevive en zonas de alto riesgo, en el que las eventualidades continuamente
ocurren por ejemplo en el desgajamiento de algún cerro.
Así también, de un montículo, el hundimiento de ciertas
casas o a consecuencia de una fisura o falla geológica, una fuga de agua de
grandes volúmenes o escurrimientos naturales que provocan reblandecimiento de tierra.
Sin embargo y ante los claros factores de riesgo, son
vecinos Naucalpenses que de alguna forma habrá que atender y de manera
especial, al justamente cambio del diseño de la política urbana.
En serio que urge, el voltear la mirada a la zona popular con
planes estratégicos de trabajo, en el desarrollo urbano, seguridad, ambiente
medio, en el desarrollo social y económico.
El asunto, el regresar a lo fundamental, el trabajo comunitario en coordinación con las autoridades de los tres órdenes y niveles de gobierno, para sacar adelante a Naucalpan, de lo contrario, continuaremos en “el tercermundismo”.
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