•Este es el precisamente municipio “hecho a mano, a pico y pala”
con la participación popular.
• Son todo un espacio urbano, donde concebimos todo un
extraordinario musaico pluricultural, en el que, además, donde se fusionan una
serie de razas, etnias locales y del interior del país.
Por Mario Ruiz Hernández
Naucalpan, Méx., abril del 2023.- Es de nostalgia de uno y
numerosos recuerdos de lo que fue el epicentro de la participación popular en
Naucalpan.
La motivación y el estímulo social para dar un hogar a las
familias de este “Lugar de las Cuatro Casas”, la denominada “Operación Hormiga
y la creación de los Ejércitos del Trabajo en los años 70’s.
Aquel Naucalpan que creció de manera sorprendente, cuyos
efectos de la conurbación y los efectos de los flujos migratorios expulsados de
“La Ciudad Madre”, el Distrito Federal, actualmente Ciudad de México (CDMX),
abrieron la posibilidad de progresar en estas legendarias tierras.
La hoy zona popular, el barrio, los ayeres del conocido
“campamento”, la faena sabatina y dominical en el periodo de gobierno del Dr.
Jorge Jiménez Cantú y del alcalde, Alfredo Moreno Ruiz, y esos años.
El amor al terruño, el sentido de pertenencia, arraigo e
identidad de uno y cientos de miles que construyeron a “pico y palo, y con las
manos y/ o hecho a mano” el Naucalpan hasta nuestros días.
El amanecer y olor todavía a provincia, a campo, de esas
añoradas décadas que formó y forjó a indefinido de líderes comunitarios de
todos los tiempos, de ideologías encontradas, y no importaba, al final, todos
buscando siempre el porvenir para los suyos y también para los otros.
Ese Naucalpan que se nos fue, el Naucalpan de la convivencia
vecinal, en el que todos hacíamos comunidad, en el que socializábamos y nos
cuidábamos justamente los unos y los otros.
El Valle Dorado, “Los San Rafaeles Chamapa, La Verdolaga”,
Altamira, Benito Juárez, Zomeyucan, Centenario, Río Hondo y Alfredo V. Bonfil,
por mencionar algunas colonias, son testigos de ese devenir histórico.
Las significativas luchas populares y democráticas, el
origen pleno de las Izquierdas, la demanda de una vivienda digna y la
regularización de la tenencia de la tierra, “El Auris”, y todavía parte del
Cresem
La añoranza hasta de los campos de fútbol, en San Luis
Tlatilco y los Hornos Tabiqueros, el trasporte público de “a tostón y de un
peso, y los acociles” que eran de los pocos que subían al “cerro”.
El transitar la magna zona popular de este perímetro quizá
era posible incluso, en el tren y su base del Ferrocarril Acámbaro, en la
avenida 16 de septiembre a una visita a “La Marquesa”.
Más de medio siglo de edificar este amplio espacio urbano,
que significa además un extraordinario musaico pluricultural, en donde se
fusionan una serie de razas, etnias locales y del interior del país.
De un sitio a otro, la romería, las costumbres, tradiciones,
el arte popular, el folclor, la música urbana, el rock, el metal, el Hip hop,
la cumbia y hoy en día, la industria sonidera que la rifa en cada destino.
Aunado a la danza, la literatura, la escultura, la
artesanía, y la gastronomía, entre otras disciplinas y actividades de un
importante número de avecindados.
En Naucalpan, y sobre todo en sus comunidades populares
residen habitantes de casi toda la República Mexicana.
En el municipio concebimos también, y que ya están por
iniciar la etapa de las fiestas patronales que inician el 3 de mayo, el “Día de
la Santa Cruz” y nos asisten en escalada hasta diciembre.
La transición a las fiestas equinocciales, relacionadas con
los cambios de estación o vinculadas con las cosechas, que se realizan desde
tiempos ancestrales y que en ciertos lugares aún las recobran.
En sí, las cuántas efemérides, “la enorme ciudad
cosmopolita”, ese Naucalpan que pocos nos atrevemos a mirar, pero que ahí ésta
suspendido en el tiempo.
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