sábado, 2 de agosto de 2014
Orangután de Chapultepec arranca dedo a jóven
Notimex |
El Zoológico de Chapultepec informó que la prestadora de servicio social Carolina Hernández Matías perdió un dedo de la mano derecha, debido a que un orangután la mordió al pasar por alto los protocolos de seguridad establecidos.
La pasante de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca sufrió el accidente al meter la mano para acariciar la cara de un ejemplar de orangután macho, de nombre Jambi, en su recinto del bioma tropical.
La estudiante, una vez que había colocado alfalfa por fuera del albergue del animal, decidió meter la mano entre un enrejado hacia el interior del recinto para acariciar al ejemplar, argumentando a otra compañera que la especie no le haría nada porque ya lo había hecho en otra ocasión.
Sin embargo, el orangután tomó su mano y la jaló, y al pedir ayuda a personal del zoológico indujo al animal para que la soltara, pero el ejemplar se puso nervioso y le mordió el dedo medio de la mano derecha.
Al momento del accidente, la pasante recibió los primeros auxilios por parte de la brigada de Protección Civil del Zoológico de Chapultepec, y fue trasladada de inmediato a la Cruz Roja de Polanco donde recibió atención médica, para posteriormente ser llevada al Hospital General Siglo XXI para llevar a cabo el injerto del dedo.
Desafortunadamente ello no fue posible debido al mal estado de la falange. Alrededor de las 14:15 horas Carolina Hernández fue dada de alta y abandonó el hospital por su propio pie para reunirse con sus familiares.
La prestadora de servicio social pasó por alto los protocolos de seguridad establecidos en el Zoológico de Chapultepec al meter la mano para acariciar o tocar directamente al ejemplar, pues en su condición recibe una capacitación directa de los coordinadores médicos y biólogos encargados de cada área.
Además de firmar el reglamento interno del propio zoológico que especifica las condiciones en que ellos deben realizar sus actividades rutinarias, sin poner en riesgo su salud e integridad física, así como la de otros.
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