domingo, 26 de octubre de 2014
La opinión de...Salvador Ferrer i Paradeda
¿ POR QUÉ NO TE ACOSTUMBRAS A PEDIR LAS COSAS ?
Salvador Ferrer i Paradeda.
Un recién nacido tiene el deseo de orinar y, lo hace. Diez años más tarde, cuando va a la escuela, tiene que pedir permiso para hacerlo alzando la mano en un acto vergonzoso. ¿Esto es progreso?.
Es progreso hacia la esclavitud.
Otro ejemplo:
En el tema de los impuestos, unos no tienen que pedir nada al gobierno central, en cambio otros que siempre han pedido bien las cosas, tienen que justificar los gastos y negociar cada nueva inversión.
Las mejores cosas de la pareja no se piden, se ofrecen, se hacen directamente, para sorprender, para probar o por vicio. En cambio, los padres tienden a construir con los hijos una relación excesivamente reglamentada.
Al final, la convivencia familiar, que tendría que ser básicamente afectiva, se vuelve formal, vacía, rutinaria, cansona...., los padres perpetúan el control de los hijos con un mecanismo kafkiano, una especie de sociedad orwellana, un rompecabezas burocrático donde todo tiene que solicitarse y aprobarlo.
Pero todos esos protocolos de pedir permiso, ¿ qué pretenden en el fondo ?. Básicamente dos cosas:
A) Ofrecer a los padres información sobre aquello que hacemos.
B) Explicar la autoridad paterna, pedir un gesto de sumisión.
Si no tenemos que pedir permiso para usar el baño, ¿ por qué hemos de pedir permiso para usar durante el fin de semana el ranchito de descanso ?.
Supongamos que queremos una cosa concreta, una de dos; o tenemos derecho o no tenemos. Si tenemos derecho no hay porque pedirla, en cambio, si no tenemos derecho, antes de tocar nada, habrá que dedicar unos minutos a la reflexión con tal de encontrar algún argumento que justifique que sí tenemos derecho.
Hay muchas maneras de justificar que tenemos derecho a usar o hacer una cosa que no es nuestra o no nos corresponde. Hagamos una lista rápida de posibles justificaciones.
1- Yo no lo he hecho.
2- Lo he hecho yo pero no sabía que podría molestaros.
3- Sabía que os molestaría pero no había nadie.
4- Estabais, pero era una emergencia y no tenía tiempo de preguntar.
La definitiva, de una lógica sin retorno:
5- No había ninguna emergencia, tenía todo el tiempo del mundo para pedirlo pero, ¿por qué tenía qué hacerlo si sabía qué la respuesta era no?.
Termino...
Si durante un momento, hoy, - mejor que sea festivo - podéis comentarlo, padres e hijos, haceros esta reflexión:
"No hay generosidad más grande que la de dejarse robar las cosas”
No es una cita de Confucio, es de un secretario de estado, se la dijo a un juez para justificar la desaparición de fondos reservados y secretos.
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