miércoles, 3 de diciembre de 2014

No se necesita ser de izquierda para estar encabronado

RAMIRO PADILLA @ramiroatondo
No se necesita ser de izquierda para querer un país mejor, sin maniqueísmos estúpidos. No se necesita ser de izquierda para querer un país mejor, sin maniqueísmos estúpidos. Decir que hay una suerte de banalización de la discusión en estos momentos sería ocioso. Las discusiones en nuestro país por lo general son banales, aun tratándose de temas importantes. En este momento de nuestra historia, sería sumamente interesante que hiciéramos un ejercicio. Que fuéramos sinceros, o que empecemos a aprender a serlo. Siempre terminamos a gritos y sombrerazos. Vivimos la era de los pensamientos prefabricados. Seleccione usted el paquete de ideas que le servirán para interpretar la realidad. Con el paquete A, usted podrá acusar a los progresistas de ser unos vagos sin aspiraciones que se la pasan causando problemas. Con el paquete B, usted podrá hacer un análisis marxista de la historia descalificando las ideas del paquete A. Así de fácil. Pero la mayoría de los mexicanos quizá no entre en ninguna de esas dos categorías. De manera curiosa los que salen a protestar a las calles por las extorsiones y los secuestros, son por lo regular pobres. Y de manera curiosa los que sufren los secuestros y las extorsiones no son los más pobres. El mundo al revés. También juega un papel importante la sobre abundancia de la información. La multiplicación de los opinadores profesionales que defienden a un bando o al otro. Lo que no han entendido es la grave situación del país. ¿Quién en su sano juicio puede decir que el caso Ayotzinapa debería estar cerrado? ¿O quién puede echarle la culpa a una fallida estrategia de comunicación del gobierno federal? Si lo que hemos visto ya no es la feria de los horrores, sino de los errores. Un gobierno federal totalmente incapaz de solucionar algo, y la clase política intentado llevar agua a su molino. Lo he escrito antes, tenemos una especie de código binario de conducta, o es blanco o negro. No hay colores intermedios. No se necesita ser de izquierda para salir a la calle a protestar. Al final de cuentas aquel que te va a asesinar no te va a preguntar tu filiación política. O te va a pedir que llenes un formulario con tu pensamiento político. El crimen y la corrupción atacan a todos por igual. Me parece absolutamente ridículo que se le dé categoría de ente por encima de la ley a un vándalo. También me parecer ridículo que se le dé uniforme de policía o se le elija presidente. Muchos se desgarran las vestiduras pidiendo que se le aplique todo el peso de la ley, pero sucede que la ley por su misma naturaleza en México es disfuncional. Es selectiva y se aplica solo a los bueyes de mi compadre. Salir a protestar es un derecho, no una graciosa concesión. Los políticos deben dejar de vivir en su mundo de fantasía y no andar tratando de inventar el hilo negro. Criminalizar la protesta solo exhibe su temor a perder el control. Leyes ya hay. Pero el problema de aplicarlas es Japonés. Se harían harakiri. No se necesita ser de izquierda para querer un país mejor, sin maniqueísmos estúpidos. El país está en llamas y no reaccionan. Queremos saber dónde están los estudiantes. Y si no pueden encontrarlos pues lárguense. Que en una ciudad de muchos millones de habitantes sí han encontrado a 11 estudiantes. En un poblado chiquito no han podido encontrar a 43. ¡Por Favor!. SPD.

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