sábado, 3 de enero de 2015

“En México, la literatura no causa una conmoción social; una telenovela sí”

Víctor García Esquivel | Actualmente existe un núcleo de lectores voraces, principalmente en las universidades, dice Enrique Serna. Nunca va a existir una obra literaria capaz de producir una conmoción social en México, “estamos muy lejos de que eso pudiera ocurrir y si así fuera, sería un milagro”, comenta Enrique Serna. En entrevista con Crónica, sobre el impacto de la literatura en la población mexicana, el autor de El seductor de la patria, comenta que siempre es más fácil conmocionarse con una telenovela. Realmente el impacto es muy pequeño, sobre todo en una sociedad como la nuestra, donde estamos lejos de ser una sociedad lectora, asegura el escritor. Añade que pareciera lógico, pero nadie se pone a pensar que realmente por esa razón México es un país manipulable, “porque la única información que reciben las mayorías es la de los medios masivos de comunicación”. Y ante la situación, los sujetos pierden la virtud que tiene la literatura, “de convertir a los borregos en individuos y cumplir así el precepto más importante de la paideia griega, que es transformase en lo que uno es”. Con todo, aunque Serna dice que el escritor puede “tal vez” contribuir a sacudir conciencias y cambiar a individuos en su manera de pensar, tampoco tiene la obligación de adquirir un compromiso político. “La tarea de agitación política debe empezar por una promoción muy intensa de la lectura y una revolución educativa a fondo, que sea capaz de cambiar las estructuras podridas que existen”, indica. LA NOVELA. En este sentido, lo más que pueden hacer los escritores, desde la opinión de Serna, es reflejar en sus obras la realidad social en que se inscribe México, lo cual “puede ayudarnos a comprender mejor la realidad” y una alternativa es la novela. Este género permite conocer aspectos de la existencia, que ni las humanidades, ni la sociología o incluso la filosofía pueden descubrir por sí solas, dice Serna. “Por esta razón –continúa– la novela nos proporciona un conocimiento irrepetible, y es que uno puede incidir de una manera indirecta y oblicua en cuanto a agitar la conciencia y tratar de lograr en México un despertar”. Aunque el escritor insiste en que esto sólo se puede lograr cuando cambien los niveles educativos y sean altos en México, algo que no ha podido suceder en el país, “y veo difícil que pueda lograrse”. LITERATURA Y PERIODISMO. En la literatura de tintes realistas existe la posibilidad de confundir los hechos que ahí se relatan (y que por más verosimilitud que tengan no dejan de ser ficticios) con el periodismo. Para el autor de La sangra erguida es necesario establecer una línea divisoria entre ambos géneros, pues el periodismo, en su afán de denunciar diferentes “hechos de corrupción y atrocidades que de otra manera no se conocerían”, tiene un sentido diferente al de la literatura. “Creo que la literatura tiene un caldo de acción muy diferente –explica Sena–; más bien trata de ver cómo se articulan lo público y lo privado o la conducta social con la intimidad de los seres humanos, y no de hacer una denuncia. Sin embargo, dice que la novela realista puede aportar mucho, pues se vale del realismo crítico, “por ejemplo, casi toda mi obra se inscribe dentro del realismo y trato de serle fiel para dar un reflejo del mundo”. NICHO DE LECTORES. “Afortunadamente existe en la actualidad un núcleo de jóvenes lectores, que son voraces. Los he visto en mis recorridos por las universidades; jóvenes que además tienen espíritu crítico”. Serna dice que son éste sector el que sostiene la vida literaria en México “y me parece que entre ellos y los escritores hacemos una especie de resistencia contra los poderes mediáticos, que buscan embrutecer a la población y que la gente sea tan predecible para manipularla mejor”.

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