sábado, 17 de enero de 2015

Tras 24 años en Nueva York, activista mexicano no puede regresar a EU

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Tras 24 años en Nueva York, activista mexicano no puede regresar a EU Fuente: NYT
Ángelo Cabrera, un inmigrante indocumentado originario de Puebla que residió durante más de dos décadas en Estados Unidos, no puede regresar al país en donde ha vivido la mayor parte de su vida. Ángelo Cabrera, parte de la ola de inmigración poblana de inicios de la década de los noventa, es originario de San Antonio Texcala, un pueblo de poco más de 1000 habitantes.Tras emigrar a Nueva York a los 15 años de edad, Cabrera se desempeñó en trabajos difíciles que apenas le alcanzaban para subsistir. Sin embargo, durante una jornada de trabajo en una tienda de alimentos de Manhattan, un compañero de origen coreano le ayudó con 280 dólares para que consiguiera el certificado de equivalencia de Preparatoria. Aunque perdió la pista de su amigo, esta simple acción cambió la vida del mexicano, de acuerdo a la nota publicada el día de hoy por el New York Times. Tras conseguir el certificado, Cabrera continuó con sus estudios universitarios en Baruch College, graduándose en Ciencias Políticas, cursando después una maestría en administración pública en la misma institución. Ángelo comenzó a desempeñarse en el activismo y en el 2001 formó MASA, la Alianza de Estudiantes Mexico-Americanos, un grupo comunitario del Bronx que ayuda con tutorías a niños y estudiantes mexicanos y mexicoamericanos, además de impartir clases de inglés a sus padres. Todo su trabajo era realizado de manera voluntaria. Sin dejar de ayudar a la comunidad mexicana, Cabrera seguía subsistiendo mediante su trabajo en los delis. Sin embargo, a principios de este año, Ángelo tuvo la oportunidad de regularizar su estatus migratorio trabajando en iniciativas para aumentar el número de estudiante mexicanos y mexicoamericanos en el sistema universitario de Nueva York, en programas prescolares y en un programa federal que otorga aplazamientos de deportación a algunos inmigrantes indocumentados. Tras ser seleccionado para el trabajo, el emigrante regresó a México, en donde tuvo que presentarse y declarar ante las autoridades migratorias estadounidenses su actual estatus migratorio. De acuerdo a las leyes migratorias, las personas que han vivido de manera ilegal en Estados Unidos por un año o más, están sujetas a una prohibición de 10 años para reingresar, a menos que cumplan los requisitos para una exención. La mayoría de esas exenciones se otorgan a los solicitantes que “puedan sustentar que su exclusión de Estados Unidos puede generar consecuencias graves a ciertos parientes que sean ciudadanos estadounidenses”, según informa el artículo del diario estadounidense. Debido a que Cabrera no está casado ni tampoco tiene hijos, solicitó una exención que se otorga a los solicitantes por otras razones, como tratamiento médico y fines humanitarios. A sabiendas de que existía el riesgo latente de que las autoridades de EU negaran su petición, Ángelo regresó a México por primera vez en más de dos décadas. En San Antonio Texcala, sus padres lo recibieron con Mariachi y lágrimas en los ojos tras 24 años de ausencia. Tras cinco meses de espera, llegó la respuesta de las autoridades norteamericanas. El pasado 13 de agosto, la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México le informó que sus razones para regresar al país del norte “no compensaban” la gravedad de su presencia ilegal en dicho país. Esa no es la única tragedia en la vida de un hombre que ya hizo su vida en otro país. De acuerdo al diario “si Cabrera no hubiese regresado a México el año pasado, probablemente hubiese cumplido con los requisitos para permanecer de manera legal en Estados Unidos bajo los cambios, que se anunciaron en noviembre, al programa de aplazamiento de deportación para los inmigrantes que llegaron al país desde muy jóvenes, que se conoce como acción diferida”. Las opciones de Ángelo para regresar a Nueva York ahora son escasas, más allá de una reconsideración de su caso o una iniciativa privada del congreso, lo cual es “extremadamente raro”. Sin embargo, esto no ha logrado vencer al poblano, quién ahora trabaja en programas de educación binacional con personas de su comunidad, al tiempo que estudia la posibilidad de ingresar a un doctorado en una universidad mexicana.

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