martes, 30 de junio de 2015
Torturan a pareja tzotzil para que se inculpe de crimen, acusa el Frayba
PROCESO TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) denunció que los esposos Margarita Gómez López y David Hernández Gómez, indígenas tzotziles de Teopisca, fueron detenidos y torturados por elementos de la Policía Especializada de la Fiscalía de Distrito Altos y el MP de ese municipio para que confesaran el asesinato de Juan Pérez, hermano de David.
Según la documentación con la que cuenta el Frayba, la privación arbitraria de la libertad a David fue efectuada por la Policía Especializada el 24 de abril de 2014, cuando se encontraba en la agencia del MP en la ciudad de Teopisca realizando los trámites funerarios para la entrega del cuerpo de su hermano Juan Pérez Gómez, cuyo cadáver se había encontrado un día antes.
Ese mismo día, Margarita junto con su hijo de un año y siete meses se encontraba en el cementerio municipal de Teopisca cuando fue detenida por elementos de la Policía Especializada, quienes la subieron a una patrulla y la llevaron a las oficinas del MP donde ya se encontraba su esposo David.
El testimonio de Margarita refiere que su hijo comenzó a llorar por hambre y los funcionarios reprendieron a la mujer con groserías exigiéndole que callara al menor.
Luego subieron a David a la planta de arriba y ahí lo sometieron; a cachetadas, los agentes exigieron que confesara cómo había matado a su hermano. Acto seguido amordazaron al indígena y lo golpearon en el estómago, insistiendo que en que admitiera el asesinato de Juan.
Posteriormente, amenazaron a David con tirarlo por la ventana y darle toques eléctricos. Luego colocaron un costal de plástico en la cabeza del tzotzil y los policías continuaron golpeándolo en varias partes del cuerpo. Ante la negativa a responder las acusaciones de los policías, amenazaron con violar a su esposa.
Más tarde, David, Margarita y su hijo fueron llevados a la Fiscalía del Distrito Altos en San Cristóbal de las Casas. Durante el traslado recibieron ofensas consistentes en amenazas de violación a Margarita y lanzar fuera del vehículo al niño.
Ya en la Fiscalía, a Margarita la siguen amenazando y agrediendo verbalmente, en tanto David fue llevado a un cuarto donde nuevamente fue golpeado a puñetazos; lo tiran al suelo y le dan de patadas y después le colocan un trapo en la boca y nariz para asfixiarlo si no confesaba cómo mató a su hermano y quiénes le ayudaron.
Luego de la tortura David inculpó a dos personas ajenas a los hechos pensando que con eso bastaría para que los policías dejaran de golpearlo y amenazarlo.
Horas después, David, Margarita y el menor fueron trasladados a su domicilio en Teopisca. Ahí, el MP y los agentes exigían que confesaran en dónde habían matado a Juan. En ese lugar Margarita dejó encargado a su hijo con uno de sus familiares.
Posteriormente fueron regresados a la agencia del MP en San Cristóbal de las Casas en donde son obligados a firmar y estampar sus huellas digitales en varios documentos.
Y el 26 de abril de 2014 fueron recluidos en el Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados No. 5 (CERSS), localizado en San Cristóbal de las Casas, en donde se encuentran actualmente procesados injustamente por el delito de homicidio.
Según las valoraciones médicas y psicosociales, tanto Margarita como David presentan un cuadro de estrés postraumático, la ruptura de su proyecto de vida compartido con sus siete hijos que, tras los hechos, se encuentran en situación de desamparo, derivándose así consecuencias negativas para todos los miembros y provocando un desarraigo familiar que coloca en gran vulnerabilidad a los menores.
Ante ello, el Frayba exigió a las instancias de procuración y administración de justicia que se inicie una investigación completa, eficiente y eficaz por la tortura, penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como la privación arbitraria de la libertad, del matrimonio indígena.
También reclama la inmediata libertad de Margarita y David por violaciones al debido proceso legal y las graves violaciones a los derechos humanos cometidos en su contra, los cuales están ocasionando daños de difícil e imposible reparación.
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