lunes, 19 de octubre de 2015
Pobreza y desigualdad: el retrato nacional
Por Arlen Jaime Merlos
En los últimos meses se ha hecho visible la radiografia real de la pobreza y la desigualdad en nuestro país; es así que ante los resultados del último informe del CONEVAL, quedaron sobre la mesa elementos fundamentales para evaluar la política económica y social de esta administración. El hecho es que el 79.5% de la población mexicana vive en situación de pobreza.
No obstante, hace unos días el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, afirmó que México es el país más desigual de la OCDE; señalando necesaria una segunda ola de reformas para enfrentar los desafíos estructurales a los que se enfrenta nuestro país.
Mientras para el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, este panorama tan delicado parece no existir, sosteniendo que México tiene las mejores perspectivas de America Latina, por otro lado, el Presidente Peña Nieto, reconoció que lamentablemente hay más pobres en el país, aunque menos en pobreza extrema.
Frente a este panorama entendemos que la OCDE vino a confirmar lo que el Estado pretende ignorar.
Aunado a lo anterior, al presentarse el índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales (INDEP) 2015, realizado la organización civil Gestión Social y Cooperación (GESOC), se identificó que de los 161 programas sociales evaluados, el 85% son opacos e ineficientes.
Resulta que estos programas fueron creados para contrarrestar el grave problema de pobreza y desigualdad que se enfrenta en el país y representan el 55.6% del gasto público del 2015.
En conclusión, el diagnóstico nos demuestra que 8 de cada 10 programas sociales no pueden cumplir con su propósito, es entonces que no resultaría sorprendente el crecimiento de la pobreza y la desigualdad en el país.
En el fondo, lo preocupante es entender la necesidad de replantear rigurosamente el modelo de desarrollo económico y social de nuestro país, si entendemos que México como cualquier otra nación, no está destinado a ser un país de pobres y desiguales.
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