miércoles, 25 de noviembre de 2015
La rendición de cuentas en México: ¿Aspiraciones a futuro?
Por Arlen Jaime Merlos
Frente a la crisis de credibilidad en las instituciones que se vive hoy en día, es urgente y necesario ir más allá de líneas discursivas sobre la ruta a seguir en el combate a la corrupción, la transparencia y la rendición de cuentas, esto para garantizar realmente la plena vigilancia del Estado de derecho en nuestro país.
Es innegable la falla del Estado para legitimar el pleno ejercicio de rendición de cuentas y los ejemplos son evidentes. En los últimos meses han sido del conocimiento público fenómenos ligados a la corrupción y a la impunidad. Y a pesar de grandes reformas en materia de transparencia y combate a la corrupción, México sigue padeciendo actos de impunidad que han provocado el descontento ciudadano.
Es por ello, que no resulta sorpresivo que el presidente Peña Nieto reconociera hace unos días durante la Asamblea de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores, la falta de credibilidad ciudadana en la eficiencia de las medidas de transparencia y anticorrupción, esto es del Sistema Nacional Anticorrupción y Sistema Nacional de Transparencia, aseverando que será con el tiempo que se acreditarán las medidas.
Si bien, la transparencia y acceso a la información constituye una herramienta fundamental en el combate a la corrupción, el hecho es que en México no se ha alcanzado plenamente ese ejercicio. Ante la espera de la aprobación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información que se dará en próximas semanas en la Cámara de Diputados, la sociedad reclama con urgencia avances normativos e institucionales que garanticen con plenitud combatir de raíz uno de los problemas más lacerantes que enfrenta el país, la corrupción y sin duda impunidad.
Los ciudadanos esperamos la eficiencia y exigimos los buenos resultados de los dos pilares institucionales recién creados para fortalecer la transparencia y combate a la corrupción. Por un lado, el Sistema Nacional de Transparencia, que tendrá como tarea unificar e implementar criterios y mecanismos de transparencia para todos los órdenes de gobierno y así fortalecer el ejercicio de la rendición de cuentas; y por el otro lado, el Sistema Nacional Anticorrupción que tendrá por objeto generar mecanismos de control institucional para prevenir fraudes o desviación del dinero público.
Los desafíos en la implementación de los Sistemas Nacionales Anticorrupción y de Transparencia son grandes, y hoy más que nunca, debe entenderse que los ciudadanos ya no son testigos pasivos, hoy la sociedad alza la voz y resulta inaceptable que se espere la acreditación de las medidas de transparencia y anticorrupción con el tiempo. No esperamos resultados a futuro.
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