miércoles, 24 de febrero de 2016
Importación de gasolinas, otro golpe a PEMEX
Por Arlen Jaime Merlos
El pasado 23 de febrero el Presidente Peña Nieto anunció durante el marco inaugural de uno de los foros de energía más importantes del mundo realizado en Houston, Texas, que a partir del próximo mes de abril podrá haber importación de combustible en el país; es decir, las empresas privadas nacionales y extranjeras podrán importar gasolina y diésel y venderlos en México; decisión que ha sido adelantada un año, ya que debía entrar en vigor hasta el 2017 como una de las medidas derivadas de la reforma energética impulsada por el gobierno federal.
Sin embargo, habrá que aclarar que esto ya sucedía en cierta medida en nuestro país, ya que el 50% de la gasolina que se consume proviene de refinerías de Estados Unidos debido a que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) no cuenta con la capacidad para abastecer la totalidad de la creciente demanda del combustible.
En el contexto en que los precios del petróleo se mantienen a la baja en el mundo, se dará apertura a la importación de combustibles en México a partir del próximo 1º de abril, lo cual de acuerdo al anuncio del presidente se reflejará en mejores precios al consumidor; sin embargo, lo que no se ha dicho claramente es que la liberación del precio de las gasolinas que permitiría una competencia abierta y por consecuencia beneficios para el consumidor, no está contemplada sino hasta el 2018 y entonces este anuncio adelantado podría representar otro capítulo más de expectativas fallidas del gobierno federal.
En este sentido, se debe además contemplar que mientras los precios estén controlados hasta el año 2018, entonces las inversiones de empresas privadas nacionales o extranjeras en la construcción de plantas y transporte de combustible no se darían, sino hasta que puedan ejercer una ventaja competitiva y se de la liberación de los precios. Habría que preguntarse entonces si PEMEX estará obligado mientras tanto a compartir parte de su infraestructura a las empresas privadas nacionales y extrajeras.
Tal parece que ante la baja de ingresos públicos por la baja del precio del petróleo se han buscado resarcir los fondos públicos a través de la importación de gasolinas que se compran más baratas en el extranjero y se venden más caras a los consumidores mexicanos, en pocas palabras, la reventa de la gasolina, porque una realidad es que el precio de la gasolina en México sigue siendo exageradamente alto y más caro que Estados Unidos
Todo indica que estas medidas son para desproteger a PEMEX ante un mercado competitivo de empresas extrajeras voraces a las que se les ha abierto el mercado nacional.
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