El pasado jueves, en un hotel de la Ciudad de México (CDMX), ubicado en la calle Juan de Dios Peza, en la colonia Obrera, de la delegación Cuauhtémoc, la Procuraduría General de Justicia (PGJ), informó el hallazgo de una persona muerta que se hacia llamar Alessa Flores, quien era activista a favor de los derechos de la comunidad LGBTTTI y además, desde hace al menos tres años, era integrante de la Red de Jóvenes Trans, donde hacía activismo participando en mesas de discusión, dando talleres, entre otras actividades, además, era trabajadora sexual.
Al lugar acudieron agentes de la Policía de Investigación (PDI), quienes se percataron que el cuerpo de Alessa presenta indicios de estrangulamiento.
La Procuraduría capitalina, que inició una carpeta de investigación por el delito de homicidio, dijo que, “El cadáver, ya identificado, fue trasladado al anfiteatro delegacional. Posteriormente será llevado al Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), donde se le practicará la necropsia de ley”.
Alessa participó, hace una semana, en el Foro Capital Transjóvenes, que organiza el Instituto de la Juventud, donde dio una charla sobre trabajo sexual, “El trabajo sexual está estigmatizado por la idea de vender el cuerpo, idea que los conservadores usan para descalificarlas porque las trabajadoras hacen su cuerpo público y las mujeres no son públicas, pero que esta idea está equivocada porque todos los trabajadores venden su cuerpo, lo mismo que un obrero, lo mismo que un oficinista”, dijo.
Cuando el gobierno de la Ciudad de México emitió la declaratoria de Ciudad Amigable LGBTTTI, el año pasado, ella participó en charlas que se organizaron en el Monumento a la Revolución.
(con información de Animal Político)
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