Todas las mujeres deben estar libres de todo tipo de violencia: SNDS

Este 8 de marzo en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, la Secretaría Nacional de Diversidad Sexual del Partido de la Revolución Democrática (SNDS-PRD) llama a las autoridades, instituciones y gobiernos a atender de manera pronta y expedita todos los casos de violencia cometidos contra las mujeres en México, incluidas lesbianas, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales (LBTTTI), quienes no sólo son discriminadas, sino también invisibilizadas en políticas públicas, propuestas legislativas y acciones institucionales enfocadas a alcanzar la igualdad sustantiva, que limita el goce de sus derechos. Esta secretaría reitera que todas las mujeres, independientemente de su raza, credo, ideología, orientación sexual e identidad de género tienen derecho a vivir una vida libre de violencia y discriminación. De acuerdo con el Diagnóstico Nacional sobre la Situación LGBTTTI y el Reconocimiento de sus Derechos, elaborado en 2016 por la SNDS-PRD, los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres de la diversidad sexual al reconocerse como lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales y transgénero, son la discriminación, falta de aceptación, ocultamiento y autorechazo. Otras investigaciones como la realizada por Jazziel Bustamante, subsecretaria de Diversidad del PRD en Veracruz, ubican a esa entidad como la segunda con más crímenes de odio motivados por la orientación sexual después del Estado de México, ya que tan sólo en 2016 se registraron 30 casos, siendo los municipios de Jalapa, Coatzacoalcos, Tlalixcoyan y Veracruz los que concentraron este problema social. La violencia física, sexual, psicológica, verbal, y económica que afecta a las mujeres repercute también en el desarrollo de sus comunidades y de la sociedad en general, pues limita las posibilidades de nutrir el saber social con sus aportaciones, a la vez que manifiesta la histórica desigualdad de las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Tal como lo señala la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que establece, para las mujeres trans, una expectativa de vida de apenas 35 años como consecuencia de factores que las colocan en situación de vulnerabilidad. En ese sentido, se reconoce el esfuerzo que en favor de las poblaciones trans han hecho Xóchitl Itzel Arredondo Pruneda al frente de la Secretaría de Diversidad Sexual del PRD en Tamaulipas; de Jazziel Bustamante, como subsecretaria de Diversidad del PRD en Veracruz; y de Rubí Suárez Araujo, regidora por parte del PRD en el Ayuntamiento de Guanajuato; así como Grecia Iliana Arias, responsable de la Secretaría de Diversidad en Nayarit. Las tres primeras, orgullosamente mujeres transgénero. Arias Mora dignamente lesbiana; y todas militantes de este instituto político. En el ámbito legislativo, los esfuerzos del PRD por incluir a la diversidad sexual quedaron plasmados desde finales del siglo pasado y en lo que va del presente, al lograr las primeras diputaciones lésbicas en la historia del país, tanto a nivel federal, local y en la Asamblea Constituyente. Como parte de su estrategia de vinculación con los grupos de la diversidad sexual, en particular con mujeres, la SNDS-PRD ha sostenido reuniones de enlace y trabajo con organizaciones en diversas partes del país, sobre todo transgénero, en las que en repetidas ocasiones han manifestado sentirse como ilegales en su propio país,al no tener las condiciones de respeto a sus identidades y no ser reconocidas jurídicamente por el Estado mexicano. En ese sentido, la SNDS-PRD considera de vital importancia la implementación de políticas públicas encaminadas a reducir las brechas de género y a eliminar todo acto de violencia cometido contra todas y cada una de las mujeres mexicanas de todas las edades, de todas las identidades, de todas las orientaciones sexuales y de todas las condiciones. La igualdad es un derecho humano plenamente reconocido en nuestra Constitución que salvaguarda para las mujeres una vida libre de violencia. No obstante, esta tarea requiere de una profunda transformación social e institucional que ponga en marcha políticas públicas tendientes a eliminar las desigualdades, injusticias, brechas de género y actos discriminatorios.