lunes, 5 de junio de 2017
¿Democracia o corrupción? Una jornada electoral empañada por la ilicitud y desaparición de personas.
Raúl García
Las elecciones en el Estado de México son la pantomima, la desgracia al más alto nivel. Secuestros de actores políticos, terrorismo electoral, psicosis, intimidación en los diferentes sectores, en una palabra “Corrupción”. La Democracia hace tiempo que no existe en nuestro Estado y en muchas entidades, la representación social poco les interesa a las autoridades o gente en el poder. Desgraciadamente no somos representados, los intereses personales de las cúpulas sobresalen ante las necesidades comunitarias.
La delincuencia organizada pública volvió a hacer de las suyas, entre reparto de propaganda negra, la compra del voto, retención de credenciales de elector y muchas triquiñuelas electorales. No se le puede llamar fiesta democrática cuando existe tanta ilicitud o “cochinero electoral”.
De las instituciones “autónomas” ni qué decir, los árbitros electorales parecen estar de un solo lado, al servicio de los que ocupan el poder, no se pueden llamar representantes sociales cuando sirven a un “amo”, o los “amos del poder”. Se supone que el INE (Instituto Nacional Electoral) y el IEEM (Instituto Electoral del Estado de México) son representantes del pueblo, son autónomos y ven por la imparcialidad, pues la apreciación es contraria, pareciera que sus intereses son otros y no la estabilidad social u ocuparse por velar por la elección de los personajes que realmente quiere el pueblo de México.
En este día muchos de los mexiquenses no están representados, se percibe un desánimo, un luto electoral, los gobernantes volvieron hacer de las suyas, volvieron a confundir al electorado, a dejar sin boletas electorales un buen número de casillas, volvieron a robar casillas importantes, volvieron a intimidar a los votantes con sus grupos de choque.
Es una mafia, toda su maquinaria está bien organizada para actuar en contra del pueblo que quiere un cambio; desde Secretarios de Estado hasta el más insignificante operador político, todos son parte de una corrupción general que a la larga le hace mucho daño a nuestra sociedad.
No podemos hablar de Democracia, ni victorias cuando existen este tipo de actos violatorios de Derechos Fundamentales y de Derechos humanos. No hay nada que festejar, seguimos inmersos en la corrupción que tendrán como reflejo, más feminicidios, más inseguridad, más muertes, más asaltos con un alto nivel de impunidad. A las autoridades les interesan un sector social, los demás sectores –que se las arreglen como puedan- habrá forma de entretenerlos. Después de casi 90 años no aprendemos que el poder es de unos pocos y las necesidades de muchos.
Quiero cerrar estas líneas, uniéndome a la protesta y reclamo por la desaparición de nuestro compañero Abogado Óscar Juárez Cárdenas, que su crimen fue cambiar de ideología política en la tierra de prometida de Atlacomulco, Estado de México. ¿Está desaparecido simplemente porque es la forma de operar de un Instituto político o de un grupo de personas dentro del poder? No es casualidad que un día antes, o unas horas antes de la jornada electoral se den este tipo de hechos, se empaña la “fiesta electoral” al censurar la forma de pensar, “sin libertad de expresión, no hay democracia”.
Se espera que la Fiscalía del Estado actué de manera inmediata y no deje este caso en un porcentaje más de impunidad, a lo que parece la sociedad ya se acostumbró a vivir en la ineficacia, ilicitud y en el desamparo de las instituciones que es una obligación aplicar la ley y resolver cada una de las conductas antijurídicas.
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