Tultepec. Méx.- Por unos días, tan sólo por unos días, quizás siete a lo mucho, artesanos pirotécnicos de Tultepec no olvidarán; pero dejarán de lado el hecho que unas malas autoridades federales les niegan permiso para abrir su fuente de empleo, que de manera directa sustenta económicamente a 300 famiias, que venden fuegos artificiales en el mercado de San Pablito, el cual se encuentra cerrado desde hace un año cuatro meses, situación que no les impidió participar activamente en las festividades de la Feria Internacional de La Pirotecnia, que este año se celebra del 3 al 10 de marzo en este municipio, conocido como “La Capital de la Pirotecnia”.
Con motivo de dicha celebración, fiesta de color, chispas y fuego se vivió este jueves en el municipio de Tultepec, por cuyas calles y avenidas desfilaron cerca de 300 toros monumentales, elaborados con papel mache, cartón y engrudo, principalmente y con una inversión de entre cinco a 15 mil pesos, según el atavío, que acaban quemados en la plaza central de la localidad para dar color, calor y alegría a la festividad y las más de cinco mil personas que asisten a la noche que se convierte en alborada debido a la luz y el resplandor emanados del cuerpo muerto de los bovinos, que cobran vida fugaz por al fuego que los envuelve.
Este jueves, Los toros, al llegar a la Plaza Hidalgo, frente al templo católico de San Juan de Dios fueron quemados en honor al santo patrono de la Capital de la Pirotecnia, el cual, comento yo, no les hace el milagro de que a los artesanos pirotécnicos les abran el mercado de San Pablito o por lo menos de mover el corazón de las autoridades, para que autoricen la reapertura del centro comercial y que sus devotos tengan como sustentarse dignamente la vida.
“Nuestro toro se llama “Ritual del Fuego Nuevo”, llevará 2 mil cohetes y se quemará en honor a nuestro santo”, explica un joven artesano orgulloso de la obra construida en 20 días por un equipo de 17 personas y el cual, entre palabras y miradas hacia el reportero, se apura a terminar la colocación de tiras de cohetes, principalmente, de los llamados buscapiés, en algunos países los llaman “buscaniguas”, y chifladores.
El susodicho rumiante de mentiras, mientras no le prendan fuego, tiene seis metros de largo, cuatro de alto y dos y medio de ancho. Una La bestia de color, repleta de cohetes, equipada con ruedas para facilitar su traslado a empujones, Los Jóvenes, acompañados por música de banda empujan la pieza y se enfilan a la caravana de los 300 más que serán quemados; mientras la banda de címbalos y tamboras pone ruido y alegría al trayecto, durante el cual algunos aprovechan para comprar micheladas vendidas en las puertas de algunos domicilios sin cortapisas, no hay problema, es fiesta del pueblo y de la gente.
La festividad es anual, la del 2018 es la XXX edición, se le denomina “Feria Internación de la Pirotecnia, porque ya trascendió fronteras, no sólo porque asisten personas de otros países, por ejemplo, en esta, con motivo del Primer Congreso Internacional Latinoamericano de la Pirotecnia, visitan Tultepec personas de Brasil, Estados Unidos, España, Italia, Colombia, Chile y Centroamérica, también es internacional porque se difunde en medios de comunicación precisamente allende las fronteras de México, es un buen motivo para que por estos días los artesanos se olviden que su mercado de cohetes de San Pablito no ha sido abierto.
El desfile de toros se prolonga hasta entrada la madrugada del viernes; pero a partir de las seis de la tarde del jueves cada uno es encendido frente al templo católico, donde acabará quemado “El Cocu”, toro equipado con mil cohetes y para cuya elaboración se invirtieron 15 mil pesos y mide seis metros de alto, no es de lidia, no es bravo, pero cobra vida, agarra brillo y su trapío infunde respeto y admiración, su casta es Tultepec.
Don Vicente López Ángel explica en que la quema de Toros es una tradición de más de 30 años que une al pueblo en torno a la manufactura y quema de cohetes, y aunque en el municipio se han registrado accidentes lamentables, “aquí el pueblo vive de la manipulación del fuego, y sí, se debe tener cuidado, reconoce, pues no queremos más accidentes”, acotó. La fiesta en honor a San Juan de Dios se realiza a la par del Festival Internacional de la Pirotecnia, que se lleva a cabo del 3 al 10 de marzo.
Cabe señalar que cada año más de 80 personas resultan con quemaduras durante la quema de toros, ya que decenas de personas bailan y brincan alrededor de los bovinos inertes durante sus traslado a lugar del rito; pero que el prenderles fuego cobran vida fugaz de fuego, luz, color, y las gentes en su algarabía olvidan su seguridad y al no sortear el estallido de los cohetes, resultan lesionadas, pero no pasa nada de gravedad, las autoridades municipales prevén la contingencia y apostan elementos en puestos de socorro, para que auxilien a los desafortunados que salgan con algún quemón.
Esos desafortunados años después seguramente contarán como anécdota a sus nietos y después que les vuelvan a repetir la historia de cómo el toro lo corneó, les recordarán: “se acuerdan que les traje unos cohetes, pues los compré en un comercio clandestino, porque en el Mercado de San Pablito las autoridades federales no dejaban vender, argumentaban que no cumplía con los requisitos de seguridad, pero la gente sabía que el motivo real era porque ahí no podía ganar el PRI”.
El desfile comenzó como a las tres de la tarde del jueves. La feria se prolonga hasta el lunes 12 cuando se celebran las fiestas patronales, el mercado de San Pablito seguirá cerrado hasta que a las autoridades, estatales y federales se les hinchen los… cachetes dar los permisos para su reapertura.
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