miércoles, 29 de mayo de 2019

Tlalnepantla sienta las bases para un mejor destino y una “Nueva Ciudad “, la de todos, la incluyente

• El diseño, la convivencia entre iguales en cada uno de los centros urbanos.

Por Mario Ruiz Hernández
Méx., a 29 de mayo del 2019.-En el Tlalnepantla de hoy, habrá que sentar las bases para una transformación completa quizá y lo sea posible, en el mediano plazo.
Los graves rezagos, esos grandes acumulados en la obra pública, la falta de oferta de servicios básicos, y entre otras cosas, el superar los vicios del pasado, creo no es tarea sencilla o fácil.
La realidad está en cada sitio, en cada centro urbano más allá del centro Histórico del Municipio, y la fisonomía de la crueldad y la falta de orden, es ese Tlalnepantla Oriente.
Ese Tlalnepantla que pocos se atreven a mirar, y que comparativamente y por ejemplo con el municipio de Huixquilucan, no hay analogía alguna, ni en la mínima parte de su zona emergente.
En la justa dimensión o para dimensionar el tema; tan sólo en el Tlalnepantla Oriente rebasa en población, y posiblemente en territorio, al Huixquilucan del aquí y el ahora.
Aunado a ello, los distintos Tlalnepantlas; el de la industrial Vallejo, Tenayuca, Santa Cecilia, “Los Rosarios”, San Juan Ixtacala, o “La Presa”, Jorge Jiménez Cantú, Lázaro Cárdenas, y Caracoles.
Asimismo, “El Telmolulco”, San Juan Ixhuatepec-el Oriente de “La Tierra de Enmedio”-a su “Tabla Honda, Chalmita”-“El Puerto”, San Lucas Patoni”, y qué decir de “Los Tlayacampa”.
En el total contraste, “Las Arboledas, El Dorado, Valle Dorado, Los Pirules”, San Pedro Barrientos, y “Los Viveros, Elektra”, el otro San Lucas, Tepetlacalco, Santa Mónica, y Xocoyahualco.
Por otra parte el analizar pues, la nueva Ciudad, “La Ciudad Incluyente” propuesta por el alcalde, Raciel Pérez Cruz, en la que además en los nuevos proyectos urbanos y en las nuevas planeaciones territoriales, el considerar las necesidades de toda la población.
De igual manera, en el mismo proceso la necesaria planificación incluyente que permita a toda la gente poder transitar libremente, en cada uno de sus centros urbanos.
Apostar definitivamente por la inclusión, que puede ir desde cosas sencillas como rampas para personas en sillas de ruedas, pasamanos para recargarse y señalización adecuada hasta espacios apropiados para personas con discapacidad motriz intelectual, o gente que no ve o no escucha.
En ese sentido, el garantizar ante el desastre urbano heredado, el libre desenvolvimiento de los habitantes de una ciudad en cuanto a movilidad, trabajo y servicios públicos.
Destacar en la agenda urbana, en la sociedad o en lo laboral la concientización social en diversos órdenes, a efecto de corregir las cosas.
Así también, establecer obligaciones en materia de construcciones, para que todas tengan un baño en planta baja, entre otros requerimientos y pelear por derechos mínimos para este sector, con el fin de que después se puedan discutir aspectos más complejos, como sus derechos sexuales.
Estimar un mejor destino a Tlalnepantla de Baz, incluso en esta lucha cultural, para que todas las personas sean sujetas de derechos, en este “mundo de locura”…

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