La ASEA dijo que como parte de la normatividad aplicable para este tipo de instalaciones, se cumplieron varias visitas de inspección.
Los inspectores de la institución reportaron que las estaciones carecían de los permisos necesarios, siendo un riesgo para la seguridad de las personas y el medio ambiente.
Los propietarios de las instalaciones cuentan con un plazo de cinco días hábiles para ofrecer ante la autoridad ambiental las pruebas pertinentes para conseguir la operación de sus plantas, pero en caso de reincidencia los responsables se harán acreedores a sanciones penales.
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