miércoles, 18 de diciembre de 2019

Marco Antonio Encarnación, Creador Urbano

• El artista Naucalpense experimentó el tatuaje y/o tallado de Árboles y otras técnicas sobre el cuerpo humano. Hoy quiero reconocer su extraordinario trabajo y despedirlo con este reportaje que realice hace unos pocos años, para que siga proponiendo su arte y talento en el Cielo.

Adiós amigo, hasta siempre, es Tuyo…
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 17 de diciembre del 2019.-Marco Antonio Encarnación Medina, fue uno de los tantos y tantos artistas urbanos de nuestro tiempo.
Sin un gran alarde de referencias y una currícula que impresione a los demás, Marcos simplemente nos llevaba a explorar una nueva ruta de la creación.
Poseedor de una técnica poco conocida, cada árbol de la gran ciudad que tocan sus manos, los convertían en una majestuosa obra de arte.
Tatuar, tallar y/o esculpir árboles, dar forma, colorido y movimiento, hacían que, por sentido común apreciáramos un trabajo realmente en la forma, extraordinario, y en el contenido con un profundo valor estético.
“Lo más interesante de mi obra, es que no daño y afecto a la naturaleza; por el contrario, justamente doy un valor agregado al medio ambiente que me rodea”, me advirtió el artista.
Avecindado en uno de las tradicionales colonias populares del Municipio de Naucalpan, San Agustín, Marco Antonio Encarnación Medina heredó creo yo, la maestría, el rigor plástico y el singular temperamento de cientos creadores que hemos venido produciendo arte en el exilio.
Con admirable tesón y duras disciplinas, logró un tatuaje excepcional en un frondoso Árbol de la Iglesia de San Bartolomé Apóstol, en el centro de San Bartolo, y que será seguramente, motivo de discusión y elogiada por muchos artistas del momento.
Como muchos de los positivos genios del arte, su vida se encontró en impenetrable velo que ocultó con egoísmo su propia personalidad que, apremió una autorrealización incomprensible, que igual lo mantuvo ocupado además, aplicando otras técnicas como el óleo y pintura sobre el cuerpo humano.
Poseedor de un carisma personal que lo hicieron agradable y fascinador entre sus semejantes, amigo sincero y de una familia respetable de San Miguel Mimiapan estado de México, donde este día, dijo Adiós en su última morada, Marcos amó su trabajo y laboró con entusiasmo en lo que realmente se proponía.
En su sabiduría y talento procuró seguir con sus tatuajes de Árboles en las Iglesias del Municipio u otros lugares que la gente le proporcionaría, y captar el tallado con tal perfección y éxito que en pocos años pueda alcanzar la gloria, y sin duda que la alcanzó en su individualismo creador.Gracias por todo.

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